La policía francesa encontró siete colillas de cigarros en los andamios que estaban en el área donde comenzó el fuego que sufrió la catedral de Notre Dame el pasado día 15, que provocó el derrumbe de la aguja y dejó calcinado el techo de madera de la bóveda de la nave central y el crucero.
Varios de los obreros que trabajaban en las obras de restauración de la aguja del templo admitieron que fumaban sobre los andamios, a pesar de que sabían que estaban incumpliendo las normas de seguridad, reveló el semanario Le Canard Enchaîné.
A pesar de eso, los expertos continúan pensando que el incendio se originó por un cortocircuito.
Aunque las investigaciones no han concluido, se detectaron irregularidades en la instalación eléctrica, específicamente en un cableado que alimentaba dos juegos de campanas, uno que estaba en la aguja y otro debajo de ella, y que recorría el envigado de madera de la iglesia.
Según la publicación, dicho tendido eléctrico fue colocado en 2012, temporalmente, para electrificar los campanarios principales y poder sustituirlos. Pero nunca fue retirado, y más tarde se instaló encima el andamiaje para reparar la aguja.
Los peritos ya saben que el día del siniestro las campanas de la aguja sonaron a las 18.04 horas para llamar a la misa. A los 12 minutos se encendió una alerta de detección de humo y tras otros cinco sonó la primera alarma de incendio.
Comenzó entonces la evacuación de los fieles, pero los dos agentes de seguridad que fueron a verificar las llamas no las hallaron, así que creyeron que era una falsa alarma, y dijeron al público que permanecieran en el lugar.
Le Canard… afirma que los oficiales fueron enviados a un lugar erróneo, algo que niega la empresa de seguridad privada a cargo del monumento.
Alrededor de las 18.30 volvieron a sonar las alarmas y entonces los creyentes sí fueron evacuados. Entre los 10 y 20 minutos posteriores los agentes ubicaron el fuego en la base de la aguja. La llamada a los bomberos se registró a las 18.51, pero al llegar estos, unos 10 minutos después, se toparon con que las bocas de agua no eran lo suficientemente potentes para sofocar la combustión, ya bastante intensa.
Al parecer, la instalación anti-incendios se diseñó para apagar un fuego en su comienzo, pero al demorarse la localización de su origen, no se pudo utilizar. Cuando llegaron los equipos con mangueras más potentes, era muy tarde para salvar la cubierta del inmueble.
Ayer martes comenzó la instalación de una lona de cobertura encima del edificio para protegerlo de la lluvia.
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