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Una antigua entrevista concedida por el gobernante Miguel Díaz-Canel a la revista Bohemia en 1994, cuando era el primer secretario del Partido en Villa Clara, ha sido “desenterrada” por el periodista cubano Mario J. Pentón, quien en su perfil de Facebook publicó un collage con algunos de los fragmentos más interesantes del texto.
En el intercambio con la periodista, Díaz-Canel, entonces de 34 años, dio su opinión acerca de cómo debía ser un dirigente en la Cuba del periodo especial. Según él, tenía que “vivir como el resto del pueblo”.
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“Es imprescindible. Claro, sin populismo, porque hay veces que las condiciones propias del trabajo, por ejemplo, atender determinada visita, te llevan inevitablemente a comer distinto que el resto de la población; ahora, sí creo que se debe seguir viviendo donde siempre, tratar de ser uno mismo, no cambiar los hábitos”, expresó.
Decía el mandatario que no había cambiado sus hábitos: seguía yendo los domingos por las tardes al parque Leoncio Vidal con su esposa y sus hijos. Iba a fiestas y hacía ejercicios: pesas, correr, baloncesto. También mantenía sus amistades.
“Solo así estas más cerca de las cosas, y las personas llegan con más confianza a ti”, comentó.
Estas declaraciones contrastan con una fotografía que se filtró hace pocas semanas, en la que se le veía en su casa cenando y bebiendo opíparamente junto a su esposa y unos amigos. La escena se produjo en junio de 2016, momento en que ostentaba el cargo de vicepresidente del país.
En otra parte de la entrevista con Bohemia, Díaz-Canel mostró su admiración por uno de los grandes defenestrados por el gobierno cubano: Roberto Robaina. Ambos trabajaron juntos en la Unión de Jóvenes Comunistas.
“De los muchachos del Buró de la Juventud aprendí mucho, sobre todo de Robertico tengo experiencias insustituibles. No niego estar marcado por su estilo, Algunas de las cosas del trabajo del Partido las estoy haciendo como las aprendí a hacer en la UJC”, admitió.
El gobernante mostró otras facetas de su personalidad. “A mí no me gustan los babosos; cuando alguien me va a halagar, trato de esquivarlo”, dijo.
También confesó ser amante de la música de los Beatles, de Silvio y de Pablo, y bailar salsa y disco.
Esta última faceta ya la conocieron los cubanos. En septiembre pasado, fue captado mientras bailaba casino junto a su esposa Lis Cuesta, en un encuentro que sostuvo con cubanos en la sede de la Misión de la Isla en las Naciones Unidas, durante su primera visita como mandatario a los Estados Unidos.
Esas imágenes nunca se difundieron en los medios de comunicación oficiales del país.
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