El jefe de la diplomacia cubana para Estados Unidos, el embajador Carlos Fernández de Cossío, se reunió con funcionarios del Departamento de Estado en Washington durante una visita realizada la pasada semana, confirmaron fuentes oficiales.
"Los funcionarios del Departamento de Estado se reunieron con Carlos [Fernández] de Cossío el lunes 29 de abril para una visita de cortesía durante su viaje a Estados Unidos", dijo a CiberCuba un portavoz del Departamento de Estado para Asuntos Hemisféricos.
El funcionario estadounidense agregó que "la reunión tuvo lugar a nivel de trabajo", sin ofrecer más detalles sobre el encuentro.
Interrogado sobre el contenido de las conversaciones, la fuente declinó hacer comentarios alegando razones de privacidad diplomática.
Ni la prensa oficial ni el sitio oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) han hecho mención a la visita del diplomático a Washington.
No quedó esclarecido si Kimberly Breier, subsecretaria adjunta para Asuntos Hemisféricos en el Departamento de Estado parricipó en el encuentro.
La reunión de Fernández de Cossío, director general de Estados Unidos en el MINREX, se produjo apenas cuatro días antes de la entrada en vigor del título III de la Ley Helms-Burton, un tema que ha agravado las ya tensas relaciones entre La Habana y Washington.
Aunque el Departamento de Estado rehusó mencionar el asunto, una fuente gubernamental dijo a CiberCuba que la reunión se centró en dos puntos de alta conflictividad entre ambas partes: la compensación de propiedades confiscadas a ciudadanos estadounidenses por el régimen de Fidel Castro, y la crisis de Venezuela.
"[Fernández de] Cossío vino a poner sobre la mesa el tema de las compensaciones que se estancaron tras la presidencia de Obama y dejar abierta una posibilidad de negociar con esta administración, al margen de la Ley Helms-Burton", dijo la fuente que pidió anonimato. "Él es un negociador de gran capacidad ".
El título III de la legislación, de 1996, permite a ciudadanos y compañías estadounidenses demandar a entidades extrajeras que usen con fines de negocio propiedades confiscadas en Cuba. La cláusula entró en vigor el 2 de mayo por decisión del presidente Donald Trump y hasta el momento se han registrado tres demandas en tribunales federales de Miami y Washington DC.
El gobierno cubano no reconoce la jurisdicción de la Ley Helms-Burton y rechaza cualquier acción legal en tribunales estadounidenses, pero ha mostrado disposición para discutir una compensación para los 5,913 compañías y ciudadanos cuyas propiedades fueron certificadas por el Departamento de Justicia entre 1964 y 1972.
Durante la administración Obama se realizaron dos encuentros técnicos en 2016 para discutir el tema de las compensaciones, pero el proceso se estancó, sin ningún acuerdo, tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.
El otro asunto que habría tratado Fernández de Cossío en el Departamento de Estado es el conflicto político en Venezuela. Washington ha reclamado a Cuba que cese su colaboración y respaldo al régimen de Nicolás Maduro, e incluso ha decidido recrudecer el embargo como una medida de presión sobre La Habana.
Pero todo indica que el diplomático cubano vino a Estados Unidos a ofrecer algo más que negativas a las acusaciones de asesores militares y tropas cubanas en territorio venezolano.
"Cuba está dispuesta a ayudar a negociar un final pacífico de la crisis política de Venezuela si el presidente Nicolás Maduro lo solicita... Estamos listos para ayudar", dijo Fernández de Cossío días después durante una entrevista en la sede de Bloomberg en Nueva York.
La propuesta no parece haberse quedado en la retórica diplomática. El domingo el secretario de Estado , Mike Pompeo, lanzó unas sorpresivas declaraciones en el programa "Face the Nation", de la cadena CBS, confirmando que Estados Unidos está en contacto con el gobierno cubano para buscar la salida de Maduro del poder y conseguir elecciones democráticas en Venezuela.
"Estamos trabajando con los cubanos para intentar obtener un resultado que permita a los venezolanos tener esta oportunidad", manifestó Pompeo.
Aunque las relaciones entre Cuba y Estados Unidos se encuentran en su momento más frágil de la última década y los encuentros bilaterales están prácticamente congelados, los contactos diplomáticos de alto nivel parecen cobrar un nuevo aire.
En semanas recientes se han incrementado las visitas de políticos y congresistas estadounidenses a La Habana, donde han sido recibidos por autoridades del gobierno cubano.
A finales del pasado mes, el representante demócrata por Florida, Charlie Crist, visitó Cuba al frente de una delegación integrada por asistentes legislativos del Congreso y hombres de negocios, y fue recibido por el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla. La visita fue auspiciada por el Centro para Democracias en las Américas (CDA).
Esta semana, una delegación encabezada por el secretario de Agricultura de Delaware, Michael Scuse, se encuentra de visita en Cuba abogando por una política de "puertas abiertas" al comercio con la isla.
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