El sábado en horas de la noche falleció Yeideberth Requena, un niño venezolano que padecía de leucemia linfoblástica aguda y necesitaba con urgencia de un trasplante medular. El menor de 8 años es el tercer infante que muere durante el mes de mayo a la espera de este procedimiento.
Yeideberth, como otros 30 pacientes del Hospital Pediátrico J. M. de los Ríos ubicado en Caracas, había estado aguardando casi un año por el trasplante y días antes de su fallecimiento, tampoco había recibido la vancomicina y el meropenem, medicamentos fundamentales para su tratamiento.
Sin embargo, el programa de trasplantes fue suspendido hace dos atrás luego de que el régimen de Nicolás Maduro acumulara una deuda millonaria con la compañía italiana FundaVenica, responsable de coordinar los procedimientos.
Reportes del diario El Mundo indican que las fallas en Pediátrico J. M. de los Ríos habían iniciado desde 2014 con marcados déficits de inmunosupresores y reactivos, problemas con las suturas y la contaminación de áreas oncológica. Incluso, hubo registros de la desaparición del servicio de agua durante semanas.
"Duele mucho saber que ese dinero se ha administrado en algo innecesario. Hay personas muriéndose por falta de medicamentos y antibióticos que no se consiguen aquí o son muy costosos, mientras ese dinero se gasta en cosas innecesarias", declaró Wendy González, la madre de Yeideberth, al medio citado.
La muerte del menor coincide con el reciente anuncio del régimen chavista con respecto a una inversión de más de 56 millones de euros para uniformes militares y la fabricación de una ametralladora.
El millonario desembolso, que se produce con el país petrolero sumido en la crisis económica más fuerte de su historia, se traduce en la puesta en marcha de una planta textil ubicada en el Complejo Industrial Tiuna y lograr la "producción automatizada de 780 mil unidades anuales de uniformes castrenses".
Yeideberth es el tercer niño venezolano con leucemia que fallece en mayo sin haber recibido un trasplante. El primero fue Giovanni Figuera, de 6 años, el pasado 6 de mayo, casi dos semanas después murió Robert Redondo, de 7 años.
"Mientras una criatura perdía la vida porque no había para atenderlo, hablaba el usurpador de una inversión para armas y uniformes", denunció el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, luego de la muerte de Redondo.
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