El artista cubano Michel Mirabal se ha visto envuelto en una polémica luego de que anunciara su próximo proyecto, donde se le ve usando el trasero de unas mujeres como tumbadoras.
Desde que lo anunció en sus redes sociales, diversos han sido los criterios que ha generado.
Entre los que le apoyan se encuentra la Doctora Lázara Menéndez, profesora de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, quien dijo a través de un video publicado en Facebook que esta obra de Michel Mirabal “sigue la línea de su poética habitual. La que le conocemos, desde los primeros momentos en que se transparentaba mucho más la vida de Cayo Hueso” de donde es natural el artista cubano.
La profesora Menéndez reconoce que la propuesta de Michel es provocativa pero también asegura que este elemento lo ha acompañado a lo largo de su obra.
“Estas provocaciones también están motivando sacar ciertas discusiones muy problemáticas sobre temas muy controversiales, de los ámbitos trillados y manidos” asegura la académica.
Y para finalizar agrega que el artista “se vale de esos medios, no para glorificar ni para legitimar, sino para hacer un pensar y tomar partido mucho más claramente y abiertamente”.
Para analizar el asunto, pero desde una perspectiva feminista, CiberCuba contactó con Yasmín Silvia Portales Machado, activista LGBTI, queer, crítica literaria y que cursa un Doctorado en Northwestern University.
“Hay aquí un video donde se cruzan dos problemas: el color y el género, o para decirlo de modo más sofisticado, el racismo y el patriarcado” nos comenta Portales Machado.
“La posición de poder de Michel está clara. No solo es la única persona activa del video, se ve que disfruta de este performance, que siente placer en golpear las nalgas a su disposición. Michel ni siquiera pretende una actitud 'profesional', sino que cuando un repique específico lo hace concentrar sus palmadas en las nalgas de la modelo de traje amarillo –casualmente la de piel más oscura–, mira a la cámara por única vez y sonríe pícaro”.
El asunto para la feminista cubana se refuerza cuando las modelos se transforman en “objetos” de percusión llevando el momento de “la cosificación de la imagen a degradación pura”, sobre todo, si se entiende que el artista manipula una parte física y culturalmente “asociada con la sexualidad sin interés alguno por el placer de ellas”.
Por último, agrega Portales Machado, que “el disfrute de la subordinación femenina recibe así la coartada perfecta del arte contemporáneo (…) donde artista y equipo de producción se hacen cómplices de la violencia de género”.
Michel Mirabal, por su parte, ha salido al paso a las críticas y ha publicado una foto en su perfil de Facebook, donde aparece con su hija en brazos y envía un mensaje a los amigos “que se sienten aludidos” con su video arte.
“Les pido un voto de confianza, yo nací de una mujer y tengo dos hijas, déjenme llegar al final, les prometo que no los decepcionaré” concluye el cubano.
Solo queda esperar a que Michel Mirabal, el artista de las banderas, presente su propuesta audiovisual y podamos tratar de entender, o que sea él quien explique, qué quiso demostrar con ella.
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