En la cuarta entrega de mi selección de los mejores dorsales del deporte, le recuerdo que se trata de una lista muy personal mediada por preferencias que cultivé con transmisiones televisivas, en las gradas del estadio o a través de lecturas, documentales y películas biográficas.
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LOU GEHRIG
Junto a Jordan, Fischer y Messi, el inicialista de los Yanquis es una de las patas de mi mesa de amores deportivos. Por espacio de 2130 juegos en fila no dejó de salir al diamante. Le pusieron El Caballo de Hierro, y bateando detrás de Babe Ruth no dejó que Babe Ruth le impidiera empujar cien carreras en cada temporada. Era sobrio. Era elegante. Ha sido el mejor primera base de la historia. Su dorsal fue el primero en retirarse en el deporte profesional de los Estados Unidos. Cuando una rara enfermedad mortal lo obligó a despedirse del terreno, dijo el discurso más conmovedor de la oratoria. Como escribí una vez, “esas palabras suyas, dichas con la certeza de la proximidad del fin, son el non plus del temple humano. No hay mayor enseñanza para encarar la muerte: ‘...luckiest man on the face of the earth’. El resto es humo”.
Inducido al Salón de la Fama en elección especial. Ganador de la Triple Corona. Dos veces MVP. Seis anillos de Serie Mundial. Siete asistencias al Juego de Estrellas. 493 jonrones y 1995 impulsadas. Average de .340 con .1080 de OPS, el tercero más alto de todas las épocas. Seleccionado para el Equipo del Siglo con la cantidad más alta de sufragios.
Mención
BRETT FAVRE
Yo empecé a ver el campeonato de la NFL en los noventa, y esos fueron los años de Brett Favre. Por entonces estaba con los Packers y hacía alardes de su merecido sobrenombre, El Pistolero, con un brazo derecho tan espléndido como el de (no exagero) Nolan Ryan. Corrían tiempos de grandes mariscales –Elway, Marino, Aikman- pero nadie me impresionó jamás como este hombre que levantaba el puño cada vez que las cosas iban bien. Digo más: digo que todavía nadie ha podido estremecerme como él, como no sea un tipo apellidado Brady.
Miembro del Hall de la Fama. Once veces convocado al Pro Bowl. Nombrado All-Pro en tres oportunidades. Tres selecciones de MVP. Un Super Bowl.
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