Vídeos relacionados:
“No es que yo esté en el final. No es que mi vida se está apagando, pero esta enfermedad tiene mucho que ver con el estrés y tengo miedo llegar al final y que mi hijo se quede en Cuba”. Así comparte sus miedos Marta Toledo-Guevara, una madre cubana residente en Westchester, Florida, que en estos momentos atraviesa eso que llaman “una terrible enfermedad”.
Ella lucha contra el cáncer mientras espera el momento de reunirse con su hijo, que sigue en la Isla, a la espera de que el Gobierno de Estados Unidos reabra el Programa Parole de Reunificación Familiar Cubano.
Lo más leído hoy:
Nacida en Cascorro, una pequeña localidad de Camagüey, a 60 kilómetros de la capital provincial y a 546 de La Habana, Marta Toledo-Guevara saca fuerzas de donde no las tiene para compaginar la recuperación de su salud con el cuidado de dos ancianos que sufren Alzheimer. Duerme con ellos los lunes y martes.
“Hasta que no descansan, no descanso yo”, explica a través del messenger de Facebook a Luly Hernández, administradora del Grupo Cubanos por la Reunificación Familiar con Estados Unidos, que tiene ya 21.854 miembros.
Marta salió de Cuba hacia España. Ante la imposibilidad de reunirse con su hijo en Europa, cruzó el charco y se instaló en los Estados Unidos. Allí consiguió que el padre de su hijo, del que está separada, lo reclamara porque él ya tiene la ciudadanía norteamericana. De eso hace cuatro años.
Ni en sus peores pesadillas Marta pudo imaginarse que Dios le pondría una prueba tan difícil de superar. “Estoy sola acá (en Florida), luchando en este gigante de los cuatro mares y para mi desgracia me han operado de un tumor de tiroides. Según los médicos, resolví, pero llevo una recuperación muy lenta.
Demasiadas secuelas para una persona sola, y más, de mi edad. Por mi mente han pasado muchas ideas descabelladas porque necesito a mi familia para que me ayude y apoye. No hago más que pensar y preocuparme por mi hijo, porque si finalmente no estoy en este país por H o por B, estoy segura de que se queda en Cuba. Así de triste y desesperada estoy”, explica esta madre a CiberCuba.
Marta sólo tiene una esperanza a la que agarrarse: que su caso se viralice y que la Administración acceda a intervenir para acortar los plazos que la separan de su hijo. Hay miles de familias cubanas desesperadas a la espera de la reapertura del Parole, pero su situación es extrema.
“Me he hecho muchas ilusiones con esto. Estoy viviendo sin tiroides y paratiroides porque tenían problemas y había que sacarlas y he tenido que pasar por procedimientos terapéuticos muy duros para tener fuerzas y seguir adelante, pero tengo tanto miedo a no llegar al final. Por eso me atrevo a suplicar que se ponga en conocimiento del mundo la situación por la que está pasando esta madre”.
El hijo de Marta es mayor de edad y fue reclamado en junio de 2015. Ella confía en que Dios le dará fuerzas “para seguir luchando hasta esa espera anhelada”.
El Programa Parole de Reunificación Familiar Cubano está paralizado desde el 29 de septiembre de 2017, cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos decidió recortar el personal diplomático destinado en la Isla, a raíz de unos ataques acústicos de los que a día de hoy se desconocen sus causas y responsables.
Desde entonces, la Administración Trump se ha limitado a asegurar a los cubanos que viven en ‘stand by’ que estudia vías alternativas para retomar la concesión de visados Parole. Dos años después las cosas siguen como estaban.
La decisión de reducir al mínimo la actividad de la embajada de Estados Unidos en La Habana trajo como consecuencia que los cubanos tuvieran que viajar primero a Colombia y luego a Guyana a la entrevista del visado para entrar en territorio norteamericano bien como emigrante o de visita.
El año pasado, por primera vez en dos décadas, Estados Unidos incumplió los acuerdos migratorios que tiene con Cuba.
Archivado en: