Iris Quiñones Rojas, ministra de la Industria Alimentaria, fue la encargada de presentar ante los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular la nueva Ley de Pesca, pensada para “garantizar la soberanía alimentaria” del país.
El lado que más se ha destacado de la nueva ley gira en torno a los pescadores por cuenta propia, que han sido considerados finalmente en el texto. Se calcula que unos mil artefactos navales y cerca de 2 500 personas practican la pesca ilegal en el país hasta el momento.
Sin embargo, pese a que esta nueva ley reconoce de manera formal “el ejercicio de la actividad por cuenta propia, que incorpora la nueva categoría de pesca no estatal tanto acuícola como de plataforma” una de las mayores preocupaciones de la gente alrededor de esta norma tiene que ver con la reducción de las licencias por año que las autoridades otorgarán a pescadores por cuenta propia.
Incluso, el proyecto de ley anunciaba desde el inicio de su elaboración que, una vez aprobada la norma, esta reduciría la concesión de licencias a quienes tuvieran antecedentes como pescadores ilegales.
Los pescadores por cuenta propia serán recompensados por el Gobierno con seguridad social, y este ha sido uno de los temas en los que se han apoyado las autoridades para defender la ley.
La defensa de los derechos laborales de los cuentapropistas está siendo usada, debido a que los pescadores privados hasta ahora no estaban vinculados a ningún régimen de Seguridad Social.
De maneral general “la ley instrumenta nuevos mecanismos para las relaciones entre las entidades estatales y los pescadores privados”, según la propuesta.
La nueva ley contiene 55 modificaciones con respecto al texto original que se puso en circulación entre marzo y abril para su debate entre los diputados regionales a la Asamblea Nacional, según el sitio oficialista Cubadebate, donde las correcciones no han sido abordadas.
"¿Cuántos años sin darle peces al pueblo?", respondió con humor el usuario Leandro Lezcano al anuncio de la Ley, hecho por Cubadebate en Facebook.
Según cifras del Gobierno, entre 1989 y 2014 Cuba experimentó una reducción del consumo per cápita de pescado de 16.0 kg a 4.3 kg, situación que no ha mejorado hasta la fecha.
Actualmente y por mucho tiempo ya, la mayoría de los cubanos compra el pescado “por la izquierda” (en el mercado negro) porque su venta escasea en los comercios estatales.
Recientemente comenzaron a vender jurel, luego de buen tiempo desaparecido de los mercados, a 20 pesos la libra, precio al que la mayoría en la Isla no puede acceder. Además, su oferta a la población está reducida, solo puede comprarse una cantidad determinada.
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