La Habana, 24 jul (EFE).- La mejor judoca cubana de los últimos tiempos, Idalys Ortiz, disputará en Lima sus terceros Juegos Panamericanos con la idea fija de sumar otra medalla de oro a su vitrina.
"Voy a estos Panamericanos a por la tercera corona dorada. Con la ayuda y el apoyo de Dios espero que así sea. Igualmente pasa con el resto del equipo, nos hemos estado preparando muy bien para conseguir el máximo de medallas en este evento", afirmó la medallista de oro de Londres 2012 en una entrevista con Efe.
Ortiz, a sus 29 años, cuenta con todos los títulos que otorga la Federación Internacional de Judo y es dueña de la corona tanto en el ránking mundial como en el olímpico de la disciplina en la división de más de 78 kilogramos.
La campeona nacional, centroamericana, medallista panamericana en Guadalajara 2011 y Toronto 2015 y triple medallista olímpica considera que su preparación para Lima 2019 ha sido "un poco difícil" porque se reconoce como una atleta bastante "longeva" tras una trayectoria de veinte años en el arte marcial del judo.
Sin embargo, asegura que después de haberse tomado un año de licencia ha retornado al 'tatami' con una secuencia de entrenamiento estable y se ha preparado para el gran objetivo en la próxima cita continental: alcanzar su tercer título dorado en estos eventos.
"Sabemos que van a participar atletas fuertes en el caso de mi división, pero siempre he dicho que mi principal rival soy yo y el día en que no sea capaz de superar las adversidades fue porque no me preparé bien", señaló con la firmeza que la caracteriza.
Idalys Ortiz aseguró que cualquier atleta que se enfrente con ella o el resto de su equipo "viene para disputar el puesto que todos deseamos" y por tanto cree que "son combates difíciles".
Aunque reconoce que con judocas de Brasil y Puerto Rico los combates se pueden tornar "más tensos" cree que las cubanas se están preparando "para el mejor atleta y el peor arbitraje", como aconseja el exentrenador Ronaldo Veitía.
La líder de las judocas de la isla confía en la preparación de sus compañeras de equipo y también de la selección masculina, porque "todos quieren alcanzar el mejor de los resultados".
Apasionada de la disciplina deportiva en la que debutó con el equipo Cuba en los Panamericanos de Río de Janeiro 2007, donde sorprendió al alcanzar el quinto lugar, calcula que ha dedicado hasta ahora más del 80 por ciento de su vida al judo.
"Encima del colchón y fuera de él somos lo que realmente vinimos a hacer en nuestra vida, mujeres que atendemos a nuestra familia, que tenemos nuestros hogares, esposos y es así como llevamos nuestra vida", dijo.
La campeona cubana no vacila en afirmar que gracias al judo ha conocido "a grandes personas" y "muchas cosas" que si hubiera tenido "otra vida" no las habría tenido.
"El judo me ha educado, me ha formado como persona y mi vida se la debo al judo", añadió.
Recordó algunos momentos "intensos" del día a día en su trayectoria, como la marca que le dejó 2008 cuando alcanzó su primera medalla olímpica, el bronce en Pekín.
"Entonces surgió Idalys Ortiz y se produjo un vuelco", subrayó.
Luego llegó su consagración con el oro olímpico en Londres 2012, y por este resultado el Comité Olímpico Internacional le otorgó el "Botón de Oro" en reconocimiento de su trayectoria deportiva.
Entonces surgieron "sentimientos encontrados" porque pensaba que había llegado "al límite". Pero pronto "se abrieron nuevos horizontes" y ahora la nueva meta es una nueva medalla olímpica en Tokio 2020.
"Eso es lo máximo que quiero", dijo.
Sobre una posterior retirada, dijo que es mejor esperar a que llegue el momento, aunque admitió que se plantea "una parada".
Raquel Martori
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