Si pasas por alto la evidente falta de higiene en las calles de Santiago de Cuba en los días de carnaval, si dejas de preguntarte si los inspectores sanitarios están borrachos o sobornados, si no cuestionas cómo es posible que en lugares donde se venden comida hay aguas negras corriendo libremente, si no intentas averiguar dónde hacen sus necesidades aquellos que trabajan en quioscos y carpas… si no piensas mucho puede que la comida del carnaval santiaguero te llegue a atrapar.
Hay quien dice que sólo el primer día se come un buen pan con cerdo asado, pues después no se sabe a ciencia cierta las horas que pasa a la intemperie, a la merced de los vendedores y quien sabe cuántas cosas le pasan por arriba… pero este es una delicia más si te le colocan dentro un pedacito de cuerito bien tostado y bien crujiente.
Las pizzas, en el carnaval santiaguero, suelen ser todas de Camagüey, como si esto fuera un sello de calidad. Basta hablar con el que las vende, o las elabora, para darse cuenta uno que son más santiagueros que uno mismo.
Tengo un pariente que dice que cuando en las tiendas no hay puré de tomate, ni caro ni barato, ni en pequeños frascos ni latas grandes, que no se come una pizza, pues una de las grandes innovaciones del carnaval es darles color a esos discos de harina.
Pero existe una costumbre que es ya casi una tradición en estas fiestas populares y es combinar la pizza con el cerdo asado. No por gusto muchas veces ambos se colocan uno al lado del otro. Es, para muchos, el maridaje por excelencia del carnaval.
Hubo un tiempo, según cuentan los mayores, que las brochetas no eran tan populares como lo son hoy en día. Las hay de carne, camarones, le colocan algunas veces trozos de piña, otras ocasiones pedazos de ajíes o cebolla. Te la fríen a la vista, aunque lleven horas de cocinada.
Mi comida preferida en esto días de carnaval son las frituras de maíz, quizás porque se cocina en el momento, o porque sencillamente me gusta todo lo que tiene que ver con ese grano. Claro… si no miro la parte de atrás del quiosco o no veo cómo preparan la masa, pues me recuerda un famoso video cómico que parodiaba la elaboración del pan de la canasta básica, donde el hombre que lo hacía pasaba sus manos por todas las partes de su cuerpo antes de amasar la masa.
Increíblemente en este carnaval 2019 pude ver algo que para mí ya estaba casi extinto: los algodones de azúcar. Llevaba ya algún tiempo la caprichosa máquina que convierte el blanco grano en algo esponjoso a base de fuerza centrífuga.
El maíz, ya sea hervido, en frituras o rositas, las mariquitas de papa, boniato o malanga, las cajas de comida que siempre llevaban pollo, pescado o bistec y ahora muy de moda colocarle embutidos, los churros, las pizzas y sobre todo, el bocadito de cerdo, son solo algunos de los paltos que de manera tradicional se enseñorean en la urbe por estos días de carnaval y prometen ofrecerle la experiencia de un plato en fiesta popular… claro, si no es muy exigente con la higiene.
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