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La escasez de alimentos y medicinas no son los únicos obstáculos que afrontan a diario los cubanos, el transporte también es otro de los sectores que permanece sumido en un crisis crónica. Un buen ejemplo de ello se vivió en la terminal municipal de Bayamo, donde se pudieron ver las dificultades habituales de los cubanos para transportarse en las provincias orientales del país.
La desesperación por subir al autobús derivó en una escena de tumultos y empujones. Incluso alguno de los pasajeros subió a un bebé por la ventanilla en medio de la aglomeración de personas.
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En las imágenes enviadas a la colaboradora de CiberCuba, Iliana Hernández, puede verse cómo muchos trataban de meter el equipaje mientras la puerta de acceso del vehículo está prácticamente bloqueada por la acumulación de personas.
Esta situación caótica que pone de relieve la crítica situación del transporte en la Isla, donde las largas horas de espera en las paradas, los empujones y hasta los golpes resumen un problema que se ha agravado con la crisis del combustible.
Una escena similar se vivió a finales de junio en Santiago de Cuba, donde la crisis del transporte continúa incluso después de que el gobierno de la provincia rectificara los precios establecidos para los transportistas privados.
Hay que recordar que el gobierno local reguló los precios y los transportistas hicieron huelga porque no les era rentable prestar el servicio con los altos precios del combustible, uno de los tantos productos que escasean en el territorio cubano.
La crisis del transporte en Cuba se ha visto agravada en los últimos meses por el desabastecimiento de la gasolina, en parte por la reducción de envío de Venezuela y el mayor control de las entidades estatales.
El pasado 18 de julio en La Habana se registraron largas colas en las gasolineras por la falta de combustible.
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