Desde hace varias semanas, el Gobierno cubano ha estado anunciando los precios topados a alimentos y bebidas en cada provincia del país, en aras de evitar la inflación ante el aumento del salario medio y el estancamiento de la productividad.
No obstante, para el economista cubano Ricardo Torres esta no es la solución a la crisis que atraviesa el país.
"La historia nos dice que los controles de precios no son buenos, pueden permitir controlar un desequilibrio a muy corto plazo, pero no son el remedio sostenible a largo plazo", dijo Torres a la agencia AP.
"El problema de Cuba es de producción", agregó.
Por su parte, Tatiana Witnall, trabajadora de una cafetería privada de la Isla, dijo que "si los van a topar (los precios) pienso yo que es para mejoría para el pueblo, ya que un poquito más baratos (los productos) tienen más alcance a consumir más".
Desde el primero de agosto, los productos que ven topados los precios en el sector privado son refrescos, maltas, jugos, aguas y cervezas, tanto nacionales como de importación.
"El resto de los productos que se comercializan por los trabajadores por Cuenta Propia mantienen los precios actuales y no pueden ser incrementados", aseguró el medio Tribuna de La Habana.
Según la titular del Ministerio de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños, las medidas de topar los precios a los cuentapropistas se tomaron por la participación ciudadana, que es la que “ha salido al combate al aumento de precios”.
A finales de junio, el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, dijo que se aumentarían los salarios en el sector estatal de la Isla a partir de julio.
No obstante, Díaz-Canel advirtió que ante los nuevos aumentos salariales en el sector presupuestado, los negocios privados no pueden subir los precios de sus servicios.
"Ahora tenemos que controlar que los precios no se disparen, porque lo que queremos con este incremento de salario es que haya más poder adquisitivo en la población", sostuvo.
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