La Guardia Costera de Florida interceptó este lunes, siete millas al este de Boca Raton, un bote de madera con seis cubanos a bordo.
Las autoridades costeras fueron avisadas por un buen samaritano de la presencia de la embarcación, de unos 15 pies de eslora.
Al llegar al lugar, la tripulación de la Guardia Costera embarcó a los seis migrantes y les dieron alimentos, agua y atención médica.
La nota oficial indica que los balseros cubanos fueron transferidos a las autoridades cubanas con el fin de repatriarlos.
Paula Verden, suboficial de primera clase del centro de comando del sector de la Guardia Costera de Miami, ha recordado que "las personas que intentan ingresar ilegalmente a los Estados Unidos ponen en riesgo sus vidas y a sus seres queridos"; y que se exponen a un "escenario trágico".
“Las personas interceptadas en el mar que intenten inmigrar ilegalmente serán repatriadas a su país de acuerdo con la política de inmigración estadounidense existente”, sentenció Verden.
La Guardia Costera dijo que continúa esforzándose para evitar cualquier intento de ingreso ilegal a Estados Unidos por vía marítima.
A inicios de agosto, fue interceptada una embarcación con 27 migrantes cubanos, 22 hombres, cuatro mujeres y un niño, a unas cinco millas al sur de Cayo Hueso.
La afluencia de inmigrantes cubanos por vía marítima se ha incrementado este año, a pesar del aumento de los controles fronterizos y de las reiteradas advertencias de las autoridades de que las personas capturadas no tendrán otro destino que la repatriación.
En julio, la Guardia Costera también interceptó una embarcación rústica con cinco cubanos a bordo en las cercanías de Cayo Marathon.
La única alternativa para evitar una repatriación automática a Cuba es que el migrante interceptado demuestre miedo creíble de persecución, si solicita una entrevista con un oficial de inmigración en alta mar, y cada vez resulta más difícil obtener la validez de un caso en circunstancias similares.
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