Los barberos tienen un oficio que existe desde la Antigüedad. Se dice que ellos son como los médicos, siempre tienen trabajo. Sin embargo, con las nuevas tecnologías muchos hombres creen que basta con “pasarse una maquinita” en casa.
Puede que sea una solución, pero se pierden esto que roza los límites del arte. Aquí va la historia de Carlos Martín, un barbero cubano de 27 años que se abre camino con la destreza de sus manos, en Uruguay.
Emprender el viaje que les cambiaría la vida
En el 2016 Carlos y su esposa estaban resueltos a hacer un cambio en su vida. Vendieron sus pequeños apartamentos en Cuba para con ese presupuesto pagar sus billetes de avión, la estancia en un país desconocido y subsistir hasta conseguir un empleo.
Carlos es estilista, barbero. Se graduó en los cursos de formación que ofrece la Federación de Mujeres Cubanas en la Isla. Pero su verdadera escuela fue la práctica, cientos de horas de experiencia atendiendo clientes en barberías habaneras.
La estrategia migratoria de muchos cubanos pasa por Uruguay
A pesar de que no es un país en el que se pueda triunfar fácilmente, hay oportunidades de trabajo en algunos sectores. Pero tienes que ser un lince para identificarlos y no basta estar formado para entrarle al tema.
Uno de esos sectores es el que está relacionado con los servicios de estética personal, barbería, peluquería, etc. Aquí Carlos Martín vio una puerta abierta y se coló. Comenzó a trabajar contratado como peluquero en un salón para mujeres en el centro de Montevideo.
Informarse antes de invertir en un negocio propio
Carlos y su esposa, Yissel García, llegaron a Uruguay el 13 de agosto del 2016. Ocurrió lo que pasa casi siempre, él consiguió trabajo antes. El papeleo necesario para legalizar el título de ella como psicóloga ponía difíciles las opciones de empleo.
Los días pasaban y el dinero de reserva se iba agotando. Carlos tenía cada vez más clientes, pero no daba la cuenta. Yissel decidió estudiar el mercado de barberías y salones de peluquería. Cuando tuvo sus conclusiones acordaron invertir en un negocio propio.
El primer Salón de Revolution Barber
El primer salón de Revolution Barber lo abrieron en diciembre del 2016, a tan solo 4 meses de la llegada a Montevideo. Eligieron un local pequeño, en el centro de la ciudad, cerca de la peluquería donde trabajaba Carlos inicialmente.
La clientela masculina uruguaya no estaba habituada a cuidar su lado estético. Pero según Carlos iba atendiéndolos, estos traían a otros usuarios. En poco tiempo descubrió que venían, incluso de departamentos distantes, solo a cortarse el pelo con el cubano.
Pero ocurrió algo que no se esperaban. Los clientes empezaron a pedir que les enseñara el arte de los pelados masculinos. Querían hacerse barberos. Ante la insistencia de algunos surgió la idea de montar un curso.
La Academia Internacional de Barbería "Revolution Barber"
Carlos comenzó a dar los cursos solo. Luego los aprendices hacían las prácticas en su salón. Yissel se ocupaba de la gestión y administración. Poco a poco la demanda se hizo mayor y algunos graduados comenzaron a quedarse contratados como barberos.
El pequeño salón del centro de la ciudad fue insuficiente para atender a la clientela. Así surge la necesidad de abrir un segundo espacio para Revolution Barber que hoy tiene incluso más protagonismo que el primero.
Este año la Academia está celebrando su tercer aniversario con más de 700 uruguayos graduados y en su mayoría trabajando como barberos.
Las Barberías son lugares de interacción social
Esto no ha sido un tema olvidado para Carlos. Sus salones se han vinculado con entidades nacionales de Uruguay y colaboran con la reinserción social de jóvenes, incluso en casos que están en régimen de encarcelamiento.
Los salones de Revolution atienden a hombres y a mujeres. Aquí encontraron empleo muchos emigrantes cubanos y cada año los estilistas salen a la calle a ofrecer de forma gratuita sus servicios en un evento anual por el Día del niño.
Cortes de pelo gratuitos en la Plaza Cagancha este jueves 22 de agosto
Esta jornada solidaria de cortes gratis se organiza cada año en la Plaza Cagancha, una de las más conocidas y concurridas de Uruguay. Los pelados los realizan los estudiantes de la Academia bajo la supervisión de los profesionales de Revolution Barber.
El objetivo es mostrar el trabajo de estos profesionales y recaudar juguetes para los niños de bajos recursos y alimentos no perecederos para comedores sociales. El evento comenzará a las 12h y se extenderá hasta las 17h.
Sin dudas es una oportunidad única para mostrar que, como en La Habana, en cualquier rincón del mundo los barberos cubanos viven orgullosos de su profesión. Si estás en Uruguay disfruta con ellos ese momento singular de sentirte, limpio, bello y perfecto.
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