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Beatriz Márquez, durante varias décadas, ha sido la cantante ideal para los festivales y concursos de canto en Cuba por la espectacularidad musical de sus descensos a tonos graves y sus ascensos a tesituras más altas.
Ha sido, además, una de las máximas exponentes de la canción romántica, el filin y el bolero, intérprete ideal de autores como Rembert Egües, René Márquez (su padre), José Valladares y Juan Almeida, entre otros.
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Poco después de iniciar su carrera profesional, en 1968, junto a Los Barbas y al dúo con Miguel Chávez, Márquez participó en los primeros festivales ya en solitario. Y así, luego de Varadero 70 se sucedieron los eventos, en Cuba y el extranjero, de los cuales regresó a menud vencedora gracias a su afinación absoluta y el concepto de la interpretación que revelaban a la pianista, compositora y músico que también llegaría a ser.
Mientras triunfaba en los festivales del Creador Musical en 1971, 1974 y 1975, en 1972 participó como invitada al Festival Orfeo de Oro, celebrado en Bulgaria; y en 1975 obtuvo su primer gran triunfo fuera de Cuba: Perdóname este adiós se agenció el Gran Premio de Interpretación en el Festival de Sopot de 1975.
Beatriz Márquez era la cantante más radiada en los años setenta, y pegaba un éxito tras otros (Prefiero ser algún recuerdo, Regresa, Como cada mañana, No me grites) cuando viajó en 1976 a Venezuela para participar en el Festival de la Divina Pastora, y en La Voz de Oro, y en 1980 ganó el primer premio en el festival de Buga, Colombia.
A lo largo de los años ochenta, Beatriz todavía se anotó éxitos extraordinarios en dúos con Sergio Farías y Vicente Rojas, y en esa misma época se registró el primero de los tres grandes triunfos en el Concurso Adolfo Guzmán, que queremos recordar:
1. Amar, vivir, compuesta por Rembert Egües, alcanzó la primera mención y el premio de la popularidad y allí ocurrió, en 1980, el primer gran escándalo de estos Festivales, pues el público prefirió abiertamente esta canción y el jurado la desestimó por completo de los premios principales. Ganó Tonada y filin para un caminante, de Andrés Pedroso, que interpretó Sara González. Surgió una leyenda urbana sobre la rivalidad entre las dos cantantes, pero todo ello pertenece al reino de la mitología popular, pues ambas fueron buenas amigas, compañeras de estudio desde la Escuela Nacional de Arte.
2. En 1983, en vez de sentirse desestimulados por el desaira del año 1980, Rembert Egües y Beatriz Márquez volvieron a unirse para concursar y presentaron Cuando conozcas el amor, otra de las espectaculares interpretaciones de Beatriz Márquez. Esta vez el jurado les otorgó el primer premio, tal vez como desagravio.
3. Al año siguiente, 1984, Beatriz vuelve a participar, pero con una canción de José Amer, Una alegoría, que también fue premiada pero apenas consiguió ser radiada y por lo tanto nunca llegó a ser muy popular, como era costumbre en su repertorio.
4. Canción para mí madre, de Miriela Mijares, conquistó en 1986 por igual al público y al jurado; la grabación de la televisión cubana está en youtube, como testigo de la tremenda interpretación en vivo de una de las mejores cantantes que ha dado la Isla.
5. Unos tres lustros pasaron, de Periodo Especial y desaparición del Guzmán, hasta que el concurso regresó en el 2000, y Beatriz Márquez volvió a demostrar su categoría con la excelente canción Mariposa (Pedro Romero) con arreglo y dirección musical de José Luis Cortez. La canción habla, metafóricamente, sobre las vivencias y las melancolías de una cubana emigrada a Italia.
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