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Una reclusa de la Institución Correccional de Lowell en Ocala, Florida, ha demandado al Departamento de Correcciones del estado por sufrir “lesiones que amenazan la vida, incluida una fractura en el cuello”, causadas supuestamente por una golpiza que le propinaron cuatro guardias.
Cheryl Weimar, de 51 años, tuvo que solicitar asistencia médica tras haber sido dejada “a una pulgada de la muerte” por agentes masculinos el 21 de agosto, de acuerdo a la demanda presentada en la corte de distrito.
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En el documento se alega que la víctima del ataque ha quedado tetrapléjica y que debe respirar y alimentarse mediante tubos.
En una entrevista con Fox News, el abogado de Weimar, Ryan Andrews, declaró que ella necesitará atención permanente durante el resto de su vida.
“Fue una de las reuniones más tristes que he tenido con un cliente, ella no podía hablar... Tuve que escribir el alfabeto para que pudiera asentir y guiñar un ojo y decirme qué hacer. Es el peor caso de abuso de prisión en Florida que he visto”, añadió.
La interna denunció que uno o más agentes la arrojaron al suelo y la golpearon en la cabeza, el cuello y la espalda. Uno de ellos le dio un codazo en la parte posterior de su cuello, causándole la fractura que la ha dejado paralizada.
Actualmente permanece en un hospital local bajo vigilancia.
Weimar lleva en prisión desde 2016. Fue sentenciada a seis años por cortar a su exnovio con un cuchillo y resistirse al arresto. Según la demanda, posee discapacidades físicas y mentales que eran conocidas por los guardias de seguridad.
Un portavoz del Departamento de Correcciones de Florida dijo que el incidente está siendo investigado. Por el momento, los agentes acusados fueron reubicados en puestos que no tienen contacto con los reclusos.
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