La historia de la Virgen de la Caridad ha sido contada en libros, canciones, videos y en liturgias de la iglesia católica en diversos idiomas.
Esta deidad tiene devotos en todos los continentes y no hay un cubano que no reconozca su imagen entre miles de santas. Se sincretiza con Oshún, la diosa yoruba de la sensualidad. Su día de fiesta es el 8 de septiembre.
La Patrona de Cuba
En el siglo XVII la imagen de la Virgen de la Caridad apareció flotando en la Bahía de Nipe. La encontraron dos hermanos indios (Juan y Rodrigo de Hoyos) y un niño negro (Juan Moreno) mientras navegaban en busca de sal rumbo a las salinas de Cayo Francés.
La santa, con el niño Jesús en sus brazos, flotaba en una tabla con un letrero que decía: "Yo soy la Virgen de la Caridad". Los afortunados descubridores la llevaron consigo y se convirtieron así en los Tres Juanes que aparecen siempre en un bote a los pies de la Caridad.
Otros nombres que tiene la Virgen de la Caridad del Cobre
Se le conoce como la Virgen Mambisa porque a ella se encomendaban nuestros guerreros antes de cada batalla. Se dice que el propio Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, se inclinó ante ella para orar poco tiempo después de comenzar la Guerra de Independencia.
Muchos le llaman Cachita cariñosamente y le cantan y veneran en la iglesia, en el hogar y en la naturaleza porque también vive en el frío fondo de los ríos. Allí su risa se rompe contra las rocas y es cascada cristalina, pasión, erotismo y energía en un nombre africano, Oshún.
El pueblo cubano la adora y respeta
A la Virgen de la Caridad se encomiendan cada día miles de cubanos que se encuentran persiguiendo un sueño o buscando una salida a las disímiles dificultades que presenta la vida en una frontera, en un hospital, incluso frente a una mesa vacía.
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Madre de Cuba, Virgen Mambisa, Patrona de los cubanos, Cachita, Oshún, Reina del Agua Dulce, da igual como la nombren, ella es un sentimiento auténtico que nutre a los cubanos desde una misteriosa raíz de identidad isleña.
Poco importa que no creas en Dios o que los patakies de los orishas te parezcan leyendas muy viejas. La Virgen de la Caridad brilla como el cobre en esta tierra, firme y eterna. Pareciera que espera el día en que dudes del Universo para, con un beso dulce, revelarte su presencia.
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