El cambio de cubierta de las gradas techadas del estadio de béisbol Latinoamericano, en La Habana, vive por estos días un nuevo episodio, cinco años después del comienzo de la faena, como parte del proceso de restauración del espacio inaugurado en 1946.
El 18 de septiembre de 2015, una nota informativa de la Agencia Cubana de Noticias (ACN) explicó: “La intervención en el techo de la instalación comenzó en 2014 a causa del mal estado de las láminas metálicas y la corrosión en la estructura metálica”.
Las palabras anteriores fueron tomadas de una entrevista realizada a Antonio López Cubilla, en aquel momento vicepresidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) y quien falleció el 9 de septiembre de 2016.
Aquella vez, el directivo, según la ACN, significó que, “por su complejidad, la obra avanza con lentitud, y enfrenta dificultades con la disponibilidad de andamios, los cuales garantizan una plataforma segura para el trabajo de especialistas, y apuntalan la estructura para permitir la sustitución de los perfiles de acero en mal estado”.
“La sustitución de la cubierta de las gradas del llamado Coloso del Cerro avanzará de forma paulatina, y se espera su culminación para finales del año 2016”, publicó la Agencia en ese cable.
Un lustro después unos pocos hombres mantienen las labores en el espacio beisbolero más importante del país, por lo que el “Coloso del Cerro” no aspira por ahora un lleno completo, dado el no acceso a la zona derecha (techada) del espacio deportivo.
Conclusión: Las labores comenzaron en 2014, con el objetivo de terminar en 2016. Visto el actual año, es fácil advertir que la obra está extremadamente atrasada.
Ojalá algún día -que no muy lejano- llegue a feliz término la rehabilitación para que el “Latino” pueda lucir sus mejores galas.
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