Las intoxicaciones de tipo alimentario continúan en ascenso en la provincia de Villa Clara en lo que va de año, con la nota peculiar de un alza de la ciguatera en las últimas semanas, según han confirmado autoridades del ministerio de Salud Pública en el territorio.
En los municipios de Encrucijada y Camajuaní, fundamentalmente, se reporta un incremento del número de pacientes afectados por ciguatera, un padecimiento que se origina a partir de la ingesta de ciertos tipos de peces que tienen su hábitat entre los arrecifes coralinos, como son la aguja o picúa, la barracuda, el pez vela, el dorado, la cubera y el mero, entre otros.
Según la información ofrecida a la radio santaclareña CMHW por la doctora Yamilé Medina, funcionaria del Ministerio Salud Pública en la provincia, existe una mayor prevalencia en la Playa Juan Francisco por la ingestión de este tipo de peces, fundamentalmente la picúa.
“Tenemos que recordar a la población que existen un período de veda para estos peces, y desmentir algunas creencias populares como es el hecho de asumir por ejemplo que, si se les brinda a animales como los gatos y no lo comen, sabemos que no está ciguato el pescado; o que si las hormigas no lo tocan… Todo eso son creencias, son falsedades. La población a simple vista no puede determinar si la carne está ciguata o no y entonces la consumen, originándose brotes graves de intoxicación”, explicó la doctora.
La intoxicación por ciguatera presenta manifestaciones gastrointestinales, neurológicas y cardiovasculares, con síntomas como la exacerbación de lesiones cutáneas, ceguera temporal, caída del cabello y las uñas, descamación de la piel, fotofobia, delirio agitación y taquicardia. Pero una de las señales más características suele ser la inversión de las sensaciones térmicas, o sea sentir quemazón ante un estímulo frío y sensación de frialdad al entrar en contacto con objetos calientes.
“Hemos tenido pacientes ingresados en nuestras salas para cuidados intensivos, porque la ciguatera produce muchos vómitos, diarreas, calambres musculares, fiebres y lleva hasta a la pérdida del cabello. Y por tanto, alentamos a la población a que cuando se consuman este tipo de peces se prefieran los pescados pequeños y no los grandes, que son los que suelen gustarnos pero que tienen más probabilidades de estar ciguatos”, explicó la especialista.
En efecto, algunas sustancias tóxicas como la la ciguatoxina-1 y la maitotoxina, se integran a la cadena alimentaria de los mares tropicales y subtropicales y afectan fundamentalmente a los peces grandes, con mayor incidencia en determinadas épocas del año.
La intoxicación por ciguatera registra aproximadamente unos 50 mil casos al año, sobre todo en naciones del Caribe como Cuba, República Dominicana y Puerto Rico, y otras zonas cercanas, como la costa sur de los Estados Unidos, con indicadores de mortalidad que rondan el 5% del total de casos reportados.
“Le orientamos a la población que por favor en estos tiempos de veda no consuman pescados como la picúa”, enfatizó la doctora, quien explicó que además registran un alza en el territorio otros tipos de brotes de intoxicación alimentaria producida por dulces con cremas contaminados por estafilococo.
“Como sabemos con la extensión del trabajo por cuenta propia existe la modalidad de vendedor ambulante, pero solo para aquellos alimentos de bajo riesgo epidemiológico, los dulces con cremas, merengues y almíbar no deben ser transportados en esas vasijas de cristal que, aun pareciendo estar limpias no lo están, o bien se encuentran expuestos a altas temperaturas, y entonces se contaminan con varios microorganismos”, concluyó la funcionaria del Ministerio de Salud pública en la provincia de Villa Clara.
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