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Faustino Oramas, el Guayabero, era un hombre de pueblo. Tenía una amplia cultura porque había visto mucho mundo, pero siempre comunicó su experiencia de vida de un modo directo, aunque con mucho doble sentido.
En esto fue refinado. No decía malas palabras, el mal pensado era siempre su interlocutor. Le cantó a un montón de cosas, entre ellas a la yuca, un tubérculo que goza de gran preferencia en la comida cubana.
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La yuca de Casimiro
Este son montuno narra la historia de un hombre que en la Finca “Cojimal” logra cultivar una yuca buenísima. Todo iba bien hasta que llega el día de sacarla.
Al gobierno le encargó
Que decretara un embargo
En aquella sitiería
Porque la yuca medía
un kilómetro de largo.
El Rey del Doble Sentido se pasó un poquito con aquellas dimensiones, pero no tanto. Una yuca puede alcanzar 1 metro de largo y 10 cm de diámetro, aunque se han visto ejemplares mayores.
A la hora de elegir yuca quien cocina se pone exigente porque el tamaño importa. Las yucas pequeñas, según la tradición popular, suelen ser más duras, amargas y les cuesta dar la cáscara.
Esto no pasaba con la de Casimiro pues según el Guayabero…
Allí llegaron de Oriente
Veinte muchachas preciosas
Veinte verdaderas rosas
que perfuman el ambiente.
Hay una precisamente
la hija de Clodomiro
que al verla lanzó un suspiro
y dijo de esta manera:
“Yo sí que me como entera
la yuca de Casimiro”.
Es que hay personas muy golosas para la yuca. Se la comen como sea. En cambio, otras se hacen las difíciles, pero con chicharrones o frita se la comen igual.
Aunque existen muchas maneras de probar este ingrediente los cubanos casi siempre eligen el modo tradicional.
A la yuca hay que darle calor porque en su estado natural es tóxica
El tema de la cocción lo dominan muy bien las abuelas.
Allí llegó una viejita
Que ya contaba 90
Y según sacó la cuenta
Decía que era señorita.
Dice la vieja bendita:
“Yo vivo en aquel retiro,
del tamaño no me admiro
porque yo tengo un fogón
que ablanda de un calentón
la yuca de Casimiro”.
La yuca con mojo es espectacular
En cuanto al mojo cada quién tiene su receta. Lo más común es usar aceite o manteca de cerdo bien caliente y añadirle ajo machacado y limón o naranja agria.
En el oriente del país se prepara el casabe que lleva un duro proceso de rallado de la yuca y al cual también se le ha cantado su canción, pero ese asunto lo dejamos para otra lectura.
La yuca de Casimiro es un tema imprescindible del repertorio del Guayabero que ha sido versionado por muchos soneros cubanos y del mundo.
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