El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, ha dibujado un Consejo de Estado a su medida con la jubilación de los “históricos”, los ministros de las FAR y Relaciones Exteriores, y la Controlaora General, aunque mantiene a Homero Acosta, el vigía de Raúl Castro, pero refuerza la cuota villaclareña, reduce la representatividad de la Cultura y aúpa a cincuentones a esa zona de poder, cuando Cuba está abocada a reformas estructurales por la crisis política y económica estructurales que padece.
La sesión de la Asamblea Nacional transcurrió con la parsimonia habitual de los actos reglados, con Raúl Castro Ruz en su escaño de Tercera Base y las votaciones norcoreanas para elegir a los propuestos por una Comisión de Candidaturas, que cocina previamente los nombres de los 21 electos.
Esteban Lazo simultaneará desde este jueves la presidencia del Consejo de Estado con la de la Asamblea Nacional, acompañado en ambos roles por Ana Mari Machado, su sustituta natural, salvo que tropiece con las mieles del poder, y Homero Acosta, con buena formación jurídica y ambicioso políticamente, que deberá aguardar a la jubilación de su jefe como Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y luego intentar hacer de Torcuato Fernández Miranda o jubilarse.
Lazo, que acumula una dilatada hoja de servicios al castrismo, superó en años recientes una enfermedad que puso en duda su continuidad y comienza a acercarse a los 80 años; Machado se mueve bien en los salones del poder cubano y es villaclareña, como el presidente, que ahora solo lo será de la República.
Los Comandantes de la Revolución, Guillermo García Frías y Ramiro Valdés Menéndez –ambos ancianos– salen del Consejo de Estado; el ministro de la FAR, Leopoldo Cintra Frías, el de Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla y la Controlaora General de la República, Gladys Bejerano, también quedan fuera para dar paso a la cuota de paisanos del presidente: Ana Mari Machado, Miriam Nicado García y Yoerkis Sánchez Cuéllar, este último Director del periódico Juventud Rebelde, que asume mayor protagonismo público que la directora de Granma, Yailín Orta Rivero.
La Cultura consigue representación tangencial con la presencia de Eduardo Tórres Cuevas, Presidente de la Academia de Historia, pero no consigue representación el actual Presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), Luis Morlote; pese a que el nuevo Consejo de Estado respeta las cuotas de la FMC, CDR, ANAP, FEU y UJC.
Estas son las novedades de octubre de 2019 en La Habana, donde el poder aún lo conserva Raúl Castro Ruz, en su condición de Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y la economía sigue en manos de militares como su exyerno Luis A. Rodríguez López-Calleja, que ya ha sido avisado por Díaz-Canel que GAESA no puede ser una isla dentro del archipiélago.
Antes de que acaba el año, habrá más novedades con la designación de un Primer Ministro y un nuevo gobierno, puesto que siempre existió en la nomenklatura cubana, aunque en 1976 cambió de nombre, que no de hombre.
La incógnita que se abre es si la renovación de la cúpula del PCC se hará en 2021, como marcan sus estatutos, o si la crisis de Cuba y la situación personal de Raúl Castro, derrotado por su ocurrencia del vaso de leche y la poderosa burocracia tardocastrista y sancionado por el gobierno norteamericano, promueva un adelanto del relevo; que deberá incluir a Machado Ventura, que a sus 88 años parece vivir con la experiencia de 60 años mandando a sustituir tractores por bueyes y el entusiasmo de su primer día en el poder.
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