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Las primeras impresiones sobre la extensión del uso de la tecnología de cuarta generación móvil (4G/LTE) en la isla son medianamente alentadoras. Algunos usuarios ven la posibilidad como el fin del sufrimiento para conectarse a Internet. Otros, observan con disgusto las estrategias de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) para seguir llenando sus bolsillos a costa de un servicio hasta hoy ineficiente.
La habilitación para el acceso a la red 4G/LTE requiere que los clientes posean un equipo terminal que soporte LTE en la frecuencia 1800 MHz y tengan una tarjeta USIM (Universal Subscriber Identity Module).
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No obstante, a tenor con lo que explica Yasmani, quien tiene una “clínica” particular de celulares en Marianao, La Habana, “la gracia de la tarjetica USIM es una manera más de que ETECSA se enriquezca. Por ejemplo, si solo tres de los cinco millones de usuarios que hay en el país necesitaran comprarla, la empresa ganaría nueve millones de dólares.
“Casi todo el que tiene una USIM, que es la que viene para triple corte, es porque se compró la línea recientemente o se le perdió o rompió la vieja. O sea, que la mayoría de las personas tendrá que gastar 3 CUC, más lo que cuestan los datos, si quiere tener 4G. Antes, como sucede en el resto del planeta, la primera vez que uno cambiara la SIM por una USIM no tenía que pagar ni un peso. Hoy, lo mismo la tienes que pagar en 3 CUC, si hay repuesto, que en 40 CUC, porque hay lugares donde solo te dan la USIM si la compras con línea incluida”, indica.
Por otro lado, Rolando afirma que “más de un entendido en el tema me ha aclarado que la USIM no es obligatoria para acceder a la conexión 4G, sino a una versión superior de la misma, es decir, la LTE, pero ETECSA se empeña en hacernos gastar todo el dinero que el cubano medio no tiene".
“Yo llevo casi un año gastando más de 25 CUC mensuales en Internet y no ha habido ni una semana completa en que el servicio haya estado a la altura del precio que pago”, acota el gestor de alojamiento.
En voz del trabajador privado, de una u otra forma, es difícil conectarse a Internet con el móvil. La 4G “en estos momentos no funciona muy bien ya que solo te puedes conectar en algunos lugares de la ciudad de La Habana, sobre todo en el Vedado”.
“Incluso a la 3G es muy complicado acceder en horarios normales. Solo te puedes conectar después de las 12 de la noche y antes de las siete de la mañana, o sea, en horarios de sueño prácticamente. Parece que el soporte no aguanta la cantidad de usuarios o algo así”, agrega el cuentapropista.
No obstante, Eduardo cuenta una experiencia positiva en la página web del medio oficialista Cubadebate: “Yo tengo 4G desde hace 3 meses y la he probado en Varadero, el malecón habanero, cerca de la Ciudad Deportiva, por el Zoológico de 26 y más recientemente en San Miguel del Padrón y sí es rapidísima. Las páginas se abren en un dos por tres. Te embullas descargando y navegando que te comes el paquete en nada. Hay que tener cuidado porque te quedas sin megas en nada”.
Si bien el monopolio cubano de las comunicaciones resaltó que, de no tener una USIM, sus clientes podrán adquirirla por el precio de 3 CUC en sus oficinas comerciales, en varios puntos de la capital del país hay personas quejándose de que las USIM no están disponibles.
Según apunta Elián a la salida de una oficina comercial de Arroyo Naranjo, “¿para qué anuncian la comercialización de un servicio si no tienen creadas las condiciones más básicas para brindarlo? Yo no me voy a meter en esa estafa en tanto no bajen los precios de los paquetes de datos. Además, llamar al 2266 para obtener información no es garantía de nada. Ese número lo atienden operadoras jovencitas que no saben ni dónde están paradas. Es increíble que no sepan responder a las inquietudes de la población".
“¿A quién se le ocurrió habilitar un servicio e informárselo primero a los medios de comunicación y luego a sus trabajadores? La verdad es que por exagerado que pueda parecer, con ETECSA no hay arreglo. Todo lo que nos dan es con dolor”, dice con tono cansado.
A pesar de que ETECSA dejó claro que el acceso a la 4G/LTE solo será posible si el cliente se encuentra bajo la cobertura de esa red, hay quienes, como Lidia, tienen esperanza de que “quizás con el cambio de infraestructura vendrá el tan esperado descenso de los precios y nuevas opciones de paquetería. No todo el mundo tiene quien le costee la conexión desde el exterior".
“Lo que no entiendo es cómo te dicen que hay 4G, pero no te dicen dónde. ¿Ahora tendrá uno que pasearse con el móvil por toda la provincia a ver dónde hay ese tipo de red y dónde no? Pensé que a estas alturas ya estaría extendido el servicio a todo el país”, comenta la ama de casa, cuya hija vive en Miami.
Las autoridades del sector en la isla informaron que la 4G tiene presencia en zonas de las provincias La Habana, Matanzas, Mayabeque, Artemisa, Camagüey, Ciego de Ávila, Holguín, Granma, Las Tunas, Guantánamo y Santiago de Cuba, y que en los próximos meses se irá extendiendo al resto del territorio nacional.
Al respecto, subraya una usuaria de una zona wifi que “ETECSA debía saber que el crecimiento del servicio sería gigantesco. Tal vez con la llegada de la 4G se acaban los problemas con la lentitud en el servicio y las dificultades para realizar llamadas y enviar SMS".
“Creo que un país como Cuba la 4G es un arma de doble filo para los clientes. Por un lado, seguramente la red 3G se verá menos cargada y tal vez mejore la velocidad de los datos, pero, por otro, los paquetes se nos irán mucho más rápido y será más difícil poder costearlos”, plantea.
Aunque el acceso a la 3G comenzó a comercializarse en diciembre de 2018, la tecnología 4G se puso en funcionamiento de manera experimental con unos 10 mil usuarios en marzo último en el litoral norte de La Habana.
En palabras de Ricardo, a quien contactaron hace alrededor de cuatro meses para que contratara la 4G porque era uno de los usuarios con mayor uso del servicio de Internet móvil, “sin dudas su banda es más ancha y la calidad de la conexión es infinitamente superior, pero seguimos esperando una alternativa económica para contratarlo. No hay billetera que aguante este ritmo”.
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