El Gobierno de Cuba continúa defendiendo su programa de vacunación, después de que la muerte de una niña de apenas un año se difundiese en las redes sociales y tuvieran que confirmar el trágico desenlace.
La muerte de la pequeña Paloma Domínguez Caballero, cuyo caso fue denunciado por sus padres y por los medios independientes, ha llevado a la prensa oficialista a sacar cifras y datos históricos de enfermedades eliminadas y controladas desde la llegada del fallecido dictador Fidel Castro.
Según el diario partidista Granma, la primera campaña del régimen fue contra la poliomelitis que se erradicó en 1962, luego vino "la vacuna triple dtp (difteria, pertusis y tétano). Para 1979 ya había sido eliminada la difteria y en 1994 la tos ferina. El tétanos tiene tasas inferiores a 0,1 por 100.000 habitantes y el tétanos neonatal se eliminó desde el año 1972".
En el texto-como en el reportaje donde el sitio estatal Cubadebate culpaba a la aplicación de la dosis y no a la vacuna PRS –que previene paperas o parotiditis (eliminado en 1995), rubiola y sarampión (1993)–, no se habla ni tan siquiera del caso de la bebé fallecida y hasta el momento el testimonio de los padres no aparece en ningún medio controlado por el Gobierno cubano.
Sobre esta vacuna, Lena López Ambrón, jefa del Programa de Inmunización del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) señaló a Granma que su uso "llevó a la desaparición de la meningoencefalitis posparotiditis desde 1989. Esta es una de las complicaciones más graves de la parotiditis infecciosa".
La especialista agregó que Cuba fue "el primer país en eliminar la rubéola y el síndrome de rubéola congénita (SRC) (...) El último caso de src se notificó en 1989 y desde 1995 no se reportan casos de rubéola".
El Programa Nacional de Inmunización de Cuba –según el citado medio– tiene 12 vacunas que evitan estas enfermedades y otras como "la meningitis tuberculosa (1962), el tétanos neonatal (1972), la meningitis postparotiditis (1989) y síndrome de rubéola congénita (1989) (...) y mantienen controladas (...) la meningitis por haemofilus influenzae tipo b, la hepatitis b, la meningitis meningocócica y el tétanos, entre otras enfermedades", detalló López Ambrón.
Mientras los medios estatales desempolvan "los logros de la salud", uno de sus escudos ante cualquier crítica al sistema, los padres de Paloma continúan esperando respuestas oficiales a la investigación anunciada por el MINSAP en una nota donde no daban ni las condolencias.
Según contó hace unos días Yaíma Caballero Peralta, madre de la bebé fallecida, el director del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) les dio su pésame a través de una llamada telefónica y aseguró que la vacuna no fue la causa de la muerte de su pequeña, "sino algo que sucedió en el policlínico Betancourt Neninger de Alamar (La Habana) porque dicha vacuna fue usada en el resto del país y no tuvo ningún tipo de consecuencias (...)"
"Es decir que ¿al final si fue negligencia del policlínico? ¿Enfermera? Lo digo porque muchos dicen que Cuba no tiene la culpa de nada porque la vacuna es de la India al final todos sabemos que la culpa no la va a tener nadie, solo aparecerán las causas, pero culpable no creo", se cuestionó la madre en su momento.
Además de la muerte de este bebé, otros cuatro niños fueron ingresados después de recibir la vacuna PRS. Todos habían sido atendidos en el mismo policlínico de La Habana.
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