Numerosas fueron las reacciones. La polémica se desató luego de un artículo publicado el 15 de octubre en el periódico cienfueguero 5 de septiembre, titulado "Egolatría y narcisismo en la televisión cubana", en el que un periodista lanzó críticas contra la presentadora Edith Massola en su programa 23 y M.
Varias fueron las respuestas de los seguidores del espacio de Massola. Una de ellas vino de la actriz Blanca Rosa Blanco quien expresó su desacuerdo a través de Facebook, calificando el artículo como una "trampa manipulada", que no era "ni valiosa, ni crítica, ni respetuosa".
"Gracias a los que saben la verdad... los que infieren la verdad... a los que son de verdad...la verdad, gracias", dijo la presentadora a través de la citada red social, en la que se manifestó el apoyo de muchas personas.
El lunes Julio Martínez Molina, el autor del texto, dijo en el periódico oficialista 5 de Septiembre que la respuesta de Massola propició "una colosal operación en masa de ataques, ofensas e intentos de descalificaciones contra mi persona y el material periodístico, así como de las instituciones que represento: en primer lugar la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac)".
También explicó que el sentido del trabajo se "esfumó" al enfocarse solo en la figura de la popular presentadora cubana. Además culpó a los "medios de Miami" por incitar a la polémica con "titulares sensacionalistas y tendenciosos".
"Los ataques se iniciaron en la propia página de Facebook de la Massola —donde aparecen opiniones de artistas y directores televisivos de quienes jamás pensé fuesen capaces de expresarse en términos tan ordinarios— y luego continuada en las páginas en la misma red de varios de sus colegas; así como en los foros de medios enemigos anclados dentro o fuera de Cuba y en mis cuentas de varias redes sociales", dijo.
Molina aclaró que el texto no era un ataque personal, pues no tenía nada específicamente en contra del programa o su presentadora, sino que intentaba reflexionar sobre "cómo reproducimos en la pantalla chica nacional los mismos resortes y matrices de la industria cultural hegemónica que cuestionamos en asambleas o plenos, el cual enfoca además el exceso de egolatría en los medios de comunicación patrios y la necesidad de mayor jerarquización artística (…)".
El periodista dijo tener en su poder imágenes capturadas de todas las amenazas que se le habían hecho. Añadió que responsabilizaría cualquier atentado a su integridad por parte de quienes se pronuncian en redes sociales en ese tono.
"Acostumbrado a observarla desde hace tiempo, no me ha sorprendido la doble moral de personas (incluidos representantes de esa propia prensa oficialista a la cual tanto ataca el enemigo: ese al que algunos le siguen el juego sin darse cuenta) que se proyectan de una forma en asambleas, encuentros institucionales o en la propia televisión y luego se parapetan del lado contrario en las redes sociales", escribió.
"Lo único que no he aguantado jamás en mi vida es que me amenacen o intenten amedrentarme; y menos sucios tipejos sabe Dios movidos por qué ocultas razones, y por quién o quiénes. ¿Qué se piensan, que esto es Colombia? No se equivoquen conmigo ni con la fuerza popular de nuestro país", agregó.
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