El corojo es famoso en Cuba por Antonio Maceo, Mayor General del Ejército Libertador que lo menciona en sus conversaciones con el General español Arsenio Martínez Campos, en lo que se conoce como la Protesta de Baraguá.
“Muchachos, el 23 se rompe el corojo”
Los profesores siempre se veían obligados a explicar la histórica frase porque el corojo es un gran desconocido en las ciudades cubanas. Incluso en muchas zonas rurales tampoco es visto con frecuencia porque esta palmera es más común en Camagüey.
Una característica que permite reconocerla es su tronco, estrecho en la parte superior e inferior, pero grueso en el centro. Sus hojas son duras, espinosas y sus frutos que de lejos se confunden con el palmiche, son más duros y redondos.
Las propiedades del corojo
Su nombre científico es Acrocomia crispa. En el interior del duro fruto hay un corazón de almendra de la que se obtiene un aceite de muy buena calidad. Se puede consumir y se comercializa localmente en Sierra de Cubitas, Camagüey.
La masa también es comestible. Según estudios científicos aporta por cada 100g; 12.26g de proteínas, 6.6g de fibras, 74.10g de grasas, 699 calorías. Tiene además calcio, fósforo, hierro y vitamina C.
¿Cómo se elabora la manteca de corojo?
Los frutos maduros se cortan de la palma. Se separan del racimo, se prensan y se extrae el jugo que se cocina con especias y un poco de agua, hasta que el agua se evapora y solo queda el aceite del corojo.
Este aceite o manteca de corojo es comestible y se le atribuyen además propiedades medicinales, aunque aún está en estudio. Tiene también otros usos, por ejemplo, en la santería.
Del corojo se aprovecha todo. La masa resultante del proceso de prensado se utiliza para alimento de los animales y está demostrado que es un excelente pienso.
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