Los estudios del historiador cubano Maikel Colón Pichardo se han enfocado en las raíces históricas del racismo y, en específico cómo lo viven y experimentan los hombres negros en la isla caribeña, de acuerdo con IPS, que informó de una presentación del texto en Centro Habana.
Para prueba de esas inquietudes, responde el ensayo “¿Es fácil ser hombre y difícil ser negro? Masculinidades y estereotipos raciales en Cuba (1898-1912)”, que habla con profundidad de la discriminación por motivos de raza en el archipiélago.
Es un fenómeno que el autor vivió en carne propia desde sus tiempos estudiantiles, cuando los policías frecuentemente le pedían su carné de identidad sin otra razón aparente que el color de su piel.
“Mitos y estereotipos que desde inicios del siglo XX se han ido transmitiendo de generación en generación y, aunque se vistan a la última moda, siguen perpetuando la discriminación de las personas negras y mestizas en la Cuba de hoy”, reseña IPS.
Colón Pichardo, también integrante de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (Riam), explica que, si un policía veía a un joven negro o mulato, con mochila, en el centro de la ciudad, no podía pensar que iba a estudiar, sino que estaría a la caza de turistas.
Igualmente sostiene que tal asociación, la cual muchas veces se produce a nivel inconsciente, tiene un trasfondo histórico de esclavitud y de una república neocolonial que promovió la hegemonía blanca.
Son estas nociones que la revolución no ha podido desterrar aun con un discurso de igualitarismo.
El primer problema a enfrentar, según el ensayista, radica en que “la sociedad cubana no se asume como una sociedad racista”.
Al mismo tiempo afirma que esa singularidad de ser “hombre, cubano y negro” lo ha seguido hasta Europa, donde trabaja en su tesis de doctorado para la Universidad Autónoma de Barcelona, dijo en la sede del proyecto Cabildo Quisicuaba, en el barrio Los Sitios de Centro Habana.
Durante el encuentro, Geidys Fundora, profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Cuba) expuso entre los obstáculos una fuerte resistencia por considerarse que “va en contra de la unidad nacional”.
Otros argumentos que abunda, según Fundora, son que “hay racismo también hacia los blancos”, “los más racistas son los mismos negros”, “yo no soy racista porque tengo muchos amigos negros”, al igual que defender el carácter inclusivo de la sociedad aludiendo a casos de personas negras exitosas (como campeones deportivos), sin tener en cuenta el resto de la población.
Luego de visitar Barcelona, el mismo autor refirió que en esa ciudad europea se manifiesta el fenómeno en distintas expresiones, pues allí se diferencia a un cuano blanco de un cubano negro, y tampoco es lo mismo un negro cubano que un dominicano.
“La racialización de la sexualidad (dígase, los negros la tienen grande, en referencia al tamaño del pene), la asociación de lo negro con atraso y la recurrente construcción de mitos en torno a la criminalidad y la marginalidad, condicionan la representación social de los hombres negros en los diferentes escenarios de la Cuba contemporánea”, añadió.
“No es normal que Palón divino del reguetonero Chocolate MC –una exaltación falocentrista y violenta de la masculinidad- sea aceptado con tanta naturalidad. La realidad es más compleja que una simple canción, pero estas muchas veces son el reflejo de los imaginarios raciales construidos y los que aún están por construirse si no se actúa cuanto antes”, dijo Colón Pichardo.
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