Hubo en la Cuba republicana una mujer llamada Carmelina cuya intensa vida dio origen a una frase popular que perdura hasta la actualidad. Se utiliza para designar a alguien feliz, libre y que no se detiene en preocupaciones por el qué dirán.
¿Quién fue Carmelina?
Carmelina Arechabala nació en Cárdenas, una de las ciudades de mayor bonanza económica en Cuba durante el siglo XIX e inicios del XX. Fue nieta del español Don José Arechabala, dueño de un imperio industrial matancero construido a base de ron.
Desde niña Carmelina pudo darse ciertos gustos que más bien parecían excesos. Tuvo joyas, viajes, fiestas fastuosas, una vida de ostentación en sociedad que se contraponía a la austeridad de su padre y su abuelo.
Las crisis de la familia Arechabala
Para que se tenga una idea de la magnitud del poder económico de la familia Arechabala, eran los segundos mayores productores de ron de Cuba, solo aventajados por Bacardí. Además, son los creadores del Ron Havana Club y tenían otros muchos negocios.
Los Arechabala tuvieron altibajos en su fortuna. La mala suerte les tocó más de una vez. Por ejemplo, les afectó un huracán en 1888 que destrozó las fábricas, un ras de mar en 1933 destruyó sus almacenes, muelles y alambiques y dos guerras mundiales afectaron sus exportaciones, de derivados del azúcar y de combustibles. Sin embargo, siempre resurgían con más fuerza.
Una princesa en pueblo chiquito
Los Arechabala además, sufrieron la crítica social por casarse entre familiares cercanos. Tal es el caso de Carmelina que contrajo matrimonio con un miembro de su familia.
Si sumamos joyas, buena vida, viajes, presencia en sociedad, fiestas pomposas, crisis económicas, resurgimiento de sus fortunas y todo eso lo ubicamos en Matanzas, específicamente en Cárdenas una ciudad pequeña, el asunto se vuelve una bomba de relojería fina para la crítica social.
Tras la pérdida de su esposo, en 1946, Carmelina se implicó más en los intereses de la familia y en la administración de algunas propiedades y negocios. Aunque “sentó cabeza”, esto no fue suficiente y la frase de “vivir como Carmelina” quedó para la eternidad, como un símbolo de quien goza, presume y no se preocupa del qué dirán.
Otra versión del origen de esta frase
Existe en la música popular cubana un tema llamado Carmelina. Fue escrito por Bienvenido Julián Gutiérrez (La Habana 1904-1966), autor de la famosa canción Convergencia. El estribillo que puede haber dado origen a la frase popular dice:
Carmelina, Carmelina, Carmelina tú eres una salá / Carmelina, Carmelina, Carmelina vive regalá.
Carmelina, Carmelina, Carmelina tú eres hija de Yemayá / Carmelina, Carmelina, Carmelina vive regalá.
La canción habla de una mujer que lo tiene todo y deslumbra a su paso. Junto a ella todo parece abrirse o facilitarse. Sin embargo, el autor del tema musical le hace una demanda clara de que trabaje: “me tienes que cocinar”.
Quedaría confirmar si se trataba de una mujer real y en caso de serlo qué le respondió Carmelina a Bienvenido tras este tema musical. Lo cierto es que fue muy popular y muestra un modo de vida que va de maravilla con la frase “Vive como Carmelina”: regalá.
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