El historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera, ha generado polémica por varias declaraciones tildadas de racistas en una entrevista de televisión, entre ellas la referencia a la emergencia de una “mulatocracia” en el ballet, o el comentario de que el bailarín Andrés William “no es negro, es azul”.
Las declaraciones tuvieron lugar en el programa de Amaury Pérez Vidal, Con dos que se quieran, al argumentar la representación de la diversidad que atesora el Ballet Nacional de Cuba. "Mira, Carlos Acosta, es un negro”, dijo en otro momento, y concluyó que "en el ballet de Cuba el color es el talento".
En la recta final del programa -a la altura del minuto 27- el entrevistado no solo describió a Andrés Willliam de la manera citada, sino que además de Jorge Esquivel dijo que fue un “niño pordiosero” que se lo encontraron durmiendo en una calle, lo enviaron a una casa de beneficencia, y de allí los sacaron Alicia y Fernando Alonso para que estudiara ballet.
A Jorge Carreño se refirió como “un guajirito de Fomento”; de Orlando Salgado dijo que era un guajirito de "San Antonio de los Baños”.
Entre las protestas generadas por el tono de Miguel Cabrera, la de Juan Antonio Madrazo Luna, quien calificó de “humillantes” e “irrespetuosas” las declaraciones, y precisó en una extensa publicación muchas contradicciones entre las realidad y lo expresado por el historiador.
Madrazo Luna ha subrayado que quienes conozcan el libro de Miguel Cabrera El Ballet en Cuba: Apuntes Históricos, saben que “está marcado por exclusiones y muchos pactos de silencios”, y cita el caso de bailarines como Caridad Martínez, la cual nunca pudo interpretar Giselle por ser negra, ausente de ese libro al igual que la bailarina Verónica Corveas.
Cita también el caso del libro de memorias No Way Home, de Carlos Acosta, en el cual se apoya la película Yuli, que está censurado en Cuba porque los conflictos por el color de la piel, están registrados en el libro.
“En la mente de muchos cubanos está anclada la idea de que los negros no tienen condiciones estéticas para el ballet clásico lo cual es responsabilidad de la construcción cultural e ideológica del BNC como institución pedagógica lo cual tiene responsabilidad en esa construcción de estereotipos", precisa.
La actitud de Miguel Cabrera es el espejo de quien durante decadas estuvo al frente del BNC como institucion. Un comportamiento racista, excluyente y vestido.de mucho cinismo lo cual nos asiste el derecho de denunciar y es que el Estado es responsable del racismo institucional”, concluye Madrazo.
También han criticado las declaraciones de Cabrera, Raúl Soublett López, quien subraya que “la sonrisa amplia de Amaury se traduce a puro racismo”.
"Es humillante los comentarios de ese señor. Apoyando posturas racistas y excluyentes. Refiriéndose a otras personas irrespetuosamente. ¿Cómo ustedes permiten este tipo de comentarios, acciones racistas y excluyentes?"
“El Ballet Nacional de Cuba como la televisión cubana siempre ha sido racista, pero es hora de poner un hasta aquí”, concluye.
"Que el Ballet que fundara Alicia Alonso (igbae) tenía prácticas racistas eso está documentado. Sin embargo, creo que esta es una de las ocasiones donde mejor se evidencia el pensamiento racista que reina en la escuela cubana de ballet clásico", escribió por su parte Sandra Álvarez, autora del blog "Negra cubana tenía que ser".
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