El gobierno de Estados Unidos estudia la imposición de nuevas restricciones para los vuelos charters a Cuba como parte de un paquete de medidas de seguimiento a la eliminación de los vuelos directos a 9 aeropuertos que se anunció el pasado viernes 25 de octubre, según informaciones obtenidas por CiberCuba.
Dos fuentes vinculadas a Washington, una de ellas cercana a la administración de Donald Trump, confirmaron este miércoles a CiberCuba que las autoridades estadounidenses, con asesoría de expertos cubanoamericanos, están considerando limitar al máximo la operatividad de las agencias autorizadas por el Departamento del Tesoro para fletar vuelos a la isla.
Aunque el alcance de las medidas que buscarían reducir las operaciones de los charters está en proceso de definición y consultas, el objetivo sí está claro: regresar en lo posible la situación de los viajes desde Estados Unidos al panorama durante la era de George W. Bush.
“De hecho una de las razones por las que no se eliminaron los vuelos directos a La Habana es para mantener un mínimo canal de entrada a Cuba en caso de que las restricciones a los charters en efecto se implementen”, dijo a CiberCuba una fuente que pidió permanecer en el anonimato.
No está determinado aún si se limitarían igualmente los viajes fletados a La Habana, sin licencia para volar al interior del país. Tampoco hay una fecha prevista para el anuncio, que podría ocurrir en las próximas semanas.
“Han sido los propios lobbies de las aerolíneas estadounidenses los que han protestado: si a ellos les restringían los vuelos a Cuba por qué las agencias podrían seguir fletando vuelos con normalidad”, agregó el informante.
En la actualidad una decena de compañías poseen licencias del Departamento de Estado y autorización del gobierno cubano para realizar vuelos fletados a La Habana y otros destinos de la isla. El negocio de los charters ocupa actualmente alrededor del 30 porciento de las operaciones comerciales hacia Cuba, con una frecuencia de 69 vuelos semanales.
Muchas de las agencias charters ofrecen gratis las primeras 44 libras y cobran entre un dólar o dos por libra en exceso. Los pasajeros que utilizan este servicio viajan suelen viajar con un gran volumen de equipaje.
CiberCuba pudo saber, no obstante, que la intención de extender también prohibiciones o limitaciones a los vuelos charters estuvo sobre la mesa desde un primer momento, con independencia de los reclamos de los representantes de las aerolíneas estadounidenses afectadas por la eliminación de vuelos directos a todas las provincias cubanas, con excepción de La Habana.
“La intención es imposibilitar todo lo que se pueda que el régimen cubano siga beneficiándose del flujo desde Estados Unidos, y en consecuencia luego de eliminar el 90% de los vuelos directos hay que disminuir también sus ganancias con los vuelos charters”, agregó la fuente.
La información proporcionada por ambas fuentes, independientes entre sí, coincide en que la decisión está prácticamente tomada y es solo una cuestión de escoger el momento, teniendo en cuenta que ya van a existir afectaciones para las visitas familiares para la temporada festiva de fin de año.
“No estamos hablando de si se van a implementar otras regulaciones para los viajes a Cuba, ahora con énfasis en los vuelos fletados, sino cuándo se va a hacer”, afirmó una de estas fuentes.
Para la empresaria cubanoamericana Vivian Mannerud, fundadora de los vuelos charters desde Miami, las medidas de restringir los viajes a Cuba es un absurdo que castiga a las familias y a la comunidad cubana en Estados Unidos, y está condenada a fracasar.
"La gente va a seguir yendo a Cuba como sea y por dónde sea, no importan las prohibiciones", dijo a CiberCuba Mannerud, propietaria de Airlines Brokers. "Eso es algo incontrolable".
Si las regulaciones se ejercen directamente contra los vuelos charters sería un nuevo escenario, toda vez que bajo la presidencia de George W. Bush las restricciones se aplicaron a los viajeros, no a las compañías que fletaban los vuelos.
En 2004 la administración Bush aceptó las recomendaciones de la Comisión para Asistencia a una Cuba Libre, implementando una serie de medidas contra el régimen de Fidel Castro que afectó drásticamente el flujo de viajes y remesas desde Estados Unidos hacia la isla.
Durante la era Bush (2001-2009), la nueva política de reforzamiento del embargo eliminó las licencias generales para viajar a Cuba e instauró un sistema de licencias individuales bajo las cuales los residentes de Estados Unidos debían aplicar para visitas a familiares inmediatos: abuelos, nietos, padres, hijos, hermanos y esposos. Estas licencias (y en consecuencia esos viajes) se otorgarían solo una vez cada tres años, aunque al final de la era Bush esta restricción se redujo a un viaje por año.
Además, se prohibieron las licencias para cargar exceso de equipaje y los viajes familiares no podían exceder los 14 días en total.
Los vuelos charters fueron autorizados bajo la Administración de Jimmy Carter en 1977, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) introdujo una enmienda que autorizaba a los proveedores de servicios a asistir en vuelos internacionales. Bajo esta categoría (Sección 515.560) las agencias autorizadas por Cuba comenzaron a “fletar” aviones a Estados Unidos y otros países que se encargaron de los primeros vuelos comunitarios.
A raíz del derribo de las avionetas de la organización Hermanos al Rescate, en 1996, el presidente Bill Clinton suspendió todos los vuelos hacia y desde Cuba. Los cubanos residentes en Estados Unidos empleaban terceros países para viajar a la isla.
Dos años más tarde, el 1ro de septiembre de 1998, OFAC aprobó reinstaurar los vuelos charters hasta La Habana y un año después Washington autorizó los primeros viajes a aeropuertos del interior del país, comenzando por la provincia de Holguín.
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