El Gobierno de México otorgó este lunes asilo político a Evo Morales por "razones humanitarias", según informó el canciller mexicano, Marcelo Ebrard.
El Secretario de Relaciones Exteriores de México anunció, en conferencia de prensa, que Evo Morales pidió asilo a través de una llamada telefónica, y que fue aceptada su petición.
"La cancillería mexicana, previa consulta con la Secretaría de Gobernación, ha decidido concederle asilo político por razones humanitarias y en virtud de la situación de urgencia que se enfrenta en Bolivia, en donde su vida e integridad corren riesgo", dijo el alto funcionario mexicano, que ya el domingo había mencionado esa posibilidad.
Durante su intervención, Ebrard declaró que el Gobierno mexicano interpreta lo sucedido en Bolivia como "un golpe de Estado".
“El ejército de Bolivia pidió la renuncia del presidente y el presidente Evo Morales resolvió presentar su renuncia para evitar una guerra civil, por consiguiente es un golpe, porque el ejército pidió la renuncia del presidente y eso violenta el orden constitucional”, explicó.
“México no aceptaría un gobierno de carácter militar... Lo que ayer ocurrió es un retroceso para todo el continente”, agregó el secretario de Relaciones Exteriores.
Esta mañana, la cancillería informó que una veintena de políticos habían sido acogidos en la Embajada mexicana en La Paz, pero no se dieron a conocer los nombres por motivos de seguridad.
Además de México, Cuba, Venezuela, Uruguay y el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, han calificado de "golpe de estado" la sucesión de acontecimientos en la nación sudamericana.
Otros países latinoamericanos mostraron su preocupación, pero evitaron utilizar el término y plantearon la necesidad urgente de celebrar elecciones democráticas libres, que supongan un tránsito hacia la paz.
La Asamblea Legislativa de Bolivia tiene previsto reunirse este martes para tratar la renuncia de Evo Morales y elegir a su sucesor, tras una cifra creciente de renuncias que han dejado a la oposición ante la posibilidad de asumir un gobierno interino, y convocar a elecciones presidenciales en 90 días.
La senadora opositora, Janine Añez, segunda vicepresidenta del Senado, asumió la titularidad de esa Cámara tras la renuncia de la oficialista Adriana Salvatierra, y anunció que llamará a sesión el martes.
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