Madrid, 11 nov (Reuters) - El presidente en funciones del Ejecutivo español, el socialista Pedro Sánchez, se enfrenta a la perspectiva de una ardua negociación para formar gobierno, después de que su apuesta por celebrar unas segundas elecciones este año no dejó un claro vencedor y provocó un fuerte ascenso de la extrema derecha.
El polarizado electorado no otorgó suficientes escaños para gobernar con mayoría ni a los partidos de derecha ni a los de izquierda, aunque los socialistas fueron el partido más votado.
"El Gobierno era complicado en abril, y ahora es un jeroglífico inescrutable", resumió el periódico El País.
El equilibrio de poder entre los bloques ideológicos tradicionales cambió poco desde las últimas elecciones de abril, pero la distribución de los votos dentro de los partidos conservadores cambió de manera sustancial.
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez obtuvo 120 de los 350 escaños parlamentarios, tres menos que en abril.
El conservador Partido Popular (PP), que ha alternado en el Gobierno con el PSOE durante décadas -después de que España saliera en la segunda mitad de los setenta de la dictadura del general Francisco Franco-, se recuperó del decepcionante resultado de abril y ganó 22 escaños, hasta alcanzar los 88.
No obstante, el centroderechista Ciudadanos cayó de 57 escaños a sólo 10 y fue reemplazada como tercer grupo parlamentario más grande por el partido de extrema derecha Vox, una formación relativamente nueva, que obtuvo 52 escaños.
Vox, que se ha sumado a la ola ultraderechista de otros países de Europa con un discurso contra la inmigración y un rechazo frontal a la independencia en Cataluña, se ha convertido en el primer partido de extrema derecha con más de un escaño desde que España volvió a la democracia.
Unidas Podemos, que no logró sellar un acuerdo de coalición con Sánchez tras los últimos comicios, perdió siete escaños y ocupa el cuarto lugar con 35 diputados.
Su líder, Pablo Iglesias, mostró su disposición a empezar a negociar con Sánchez el mismo lunes e instó a la izquierda a unir fuerzas esta vez.
Pese a una profunda crisis económica que alcanzó su punto álgido entre 2008 y 2013, España había permanecido inmune hasta el momento al resurgir del nacionalismo de derechas que se ha impuesto en otros países europeos. El líder de Vox, Santiago Abascal, dijo que ahora trabajaría para construir lo que denominó "una alternativa patriótica" para España.
Se trata de las cuartas elecciones que celebra España en cuatro años. En los últimos diez años, el país ha sufrido austeridad económica y un rescate financiero, y ha visto cómo caía un Gobierno del PP por un escándalo de corrupción.
Sin embargo, en esta ocasión el principal asunto en la mente de muchos votantes fue el conflicto soberanista en Cataluña, reavivado tras la condena de cárcel a nueve de líderes independentistas en octubre.
Reporte de Isla Binnie; editado en español por Tomás Cobos en Madrid.
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