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Por segunda ocasión el proyecto Rialta y el espacio autónomo Artista x Artista se unieron en La Habana para favorecer lo que la institución no auspicia: los espacios de arte y literatura incómodos, independientes o alternativos.
La primera vez presentaron el libro de Lorenzo García Vega “Los años de Orígenes”, largamente ausente en la isla. Ahora convocaron a un panel sobre, precisamente, el arte independiente, que se estima florece en los últimos tiempos de cierta privatización y tolerancia del Estado. Los panelistas fueron: la curadora Anamely Ramos, la galerista Sachie Hernández, el artista Reynier Leyva Novo, y Jorge Peré, crítico de arte.
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Todos coincidieron en que no debe hablarse con tanta rapidez de “arte independiente” en Cuba – o sea de la total separación del Estado -. Anamely Ramos estimó que si bien han surgido un gran número de galerías, talleres, espacios, aparentemente emancipados, hay que tener cuidado porque pueden responder a un nuevo proceso de negociación con el Estado. Ella observa que con el cuentapropismo, el Estado buscaría “una base social nueva que tenga algo que perder y entonces lo apoye” y al mismo tiempo utilice la capacidad de los nuevos espacios privados “de llegar adonde nadie llega y entonces le pasan la bola de la censura a esos nuevos espacios y garantizan un nuevo proceso de estabilización ideológica. Son estos nuevos espacios los que van a cumplir esa nueva función del Estado, que es muy represivo por una parte, pero también muy disfuncional”.
Para Jorge Peré se ha hecho preferible llamar a esos lugares que surgen con cierta autonomía “espacios alternativos” y no “independientes”, y recordó cómo durante la Bienal de La Habana muchos de ellos quisieron participar en la Muestras colaterales del evento y la negociación con las instituciones entonces se concentró llanamente en el contenido político de las obras que esos espacios querían promover. Inversamente, durante la Bienal00 - convocada por un grupo de jóvenes curadores y artistas -, muchos sitios alternativos retrocedieron ante las presiones de las autoridades porque les molestaba ese evento. Según Peré, se debe hablar de zonas de independencia y no son mayoritarias.
La convocatoria a este panel generó cierto debate en las Redes sociales. Algunos cuestionaron la legitimidad de los panelistas presentes para hablar de independencia cuando ellos no han tenido una posición tan radical como otros activistas, recordó el joven crítico. A esta objeción Peré contestó que ellos también serían la voz de los “más frontales” y, en sentido general, se reconoció la labor de pioneros del arte independiente como Sandra Ceballos, OMNI-Zona franca y, recientemente, el grupo Movimiento San Isidro e INSTAR.
Luis Manuel Otero Alcántara, activista que acababa de salir de un arresto arbitrario por la visita de los Reyes, intervino para preguntar si la promoción en las Redes sociales en realidad está funcionando y si “estamos dispuestos nosotros mismos a asumir la responsabilidad de la divulgación”. Sachie Hernández , la galerista, ponderó que si bien los espacios privados que surgen no cuentan con total independencia, sí son mucho más tolerantes y acogen posiciones y debates, como el presente, que una institución nunca admitiría.
“Hay que entender el contexto nuestro - propuso finalmente Anamely Ramos – si queremos cambiar cómo pensamos o generar dinámicas diferentes a las del sistema”.
El proyecto cultural Rialta es conducido desde México por jóvenes escritores cubanos que han cambiado de domicilio pero que quieren interactuar con la vida literaria de la isla. Rialta tiene tres líneas de acción, explicó el moderador del panel Roberto Rodríguez: primero la producción editorial de libros, luego la conformación de un Archivo que recupere el patrimonio histórico latinoamericano, y la revista en línea “Rialta Magazine” que puede encontrarse en la Red.
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