Los cubanos nacidos después de 1959 crecimos sin referentes de la Navidad. Algunas familias que mantuvieron su fe cristiana vivían estas fiestas de modo muy íntimo, pero en el resto de la sociedad las tradiciones navideñas se fueron perdiendo.
En Navidad, fuera de Cuba, la alegría parece apoderarse de todos los espacios. La gente tiene un pretexto para reunirse, regalar y compartir. La comunidad cubana en el exterior, por lo general, se abre al aprendizaje de esta tradición en los lugares en que se encuentren.
Muchos cubanos, al vivir su primera navidad fuera de la Isla, experimentan una sensación de deslumbramiento y la traducen en compras desmedidas en un intento por suplir las carencias materiales que vivieron. Otros, asumen con tino estas fiestas y encuentran un modo equilibrado de disfrutar de ellas.
¿Qué comen los cubanos fuera de Cuba en Navidad?
Parece una pregunta sencilla pero no lo es. Allá donde vamos se produce, a pequeña escala, un proceso cultural del que muchas veces no somos conscientes, la transculturación. No se trata solo de recibir de la otra cultura, sino de integrar ese aprendizaje y crear algo nuevo.
La cocina se transforma en el laboratorio ideal para unir los diferentes elementos culturales y crear un producto nuevo. Algunas recetas se han vuelto famosas, como el pavo asado a la cubana, que consiste en utilizar como adobo condimentos que se usan habitualmente en la Isla, entre los que se encuentra el ajo, comino, orégano y naranja agria.
También se desarrollan las prácticas específicas de cocción de alimentos como, por ejemplo, la Caja China, un producto que introdujeron migrantes asiáticos en Cuba y que empresarios cubanos en Estados Unidos han contribuido a mejorarlo y extenderlo por el mundo.
Los cubanos probablemente integren en sus menús navideños alimentos típicos de los lugares en que radican, pero también encontrarán el modo de hacerlos combinar de alguna curiosa manera con aquellos sabores que nos transportan a nuestras raíces.
No faltará el arroz en ninguna cena, ni las carnes con su cucharada de salsita, aunque sean asadas. Muchos incluirán el maíz en alguna de sus diversas variantes y a pesar de que sea de poca preferencia, tampoco faltarán las ensaladas.
Los postres en Nochebuena probablemente terminen siendo turrones y un cake de dulcería. Seamos honestos, hay que sacar tiempo para trabajar, limpiar la casa, decorar la mesa, poner a punto la comida e ir a la peluquería. Sí, porque ninguna cubana, ni dentro ni fuera de la Isla, recibe invitados en Navidad desaliñada.
Lo mejor de esta noche será compartir viejos y nuevos sabores con nuestros seres queridos, dedicar unos minutos a esa llamada por teléfono que no puede faltar y acostarnos deseando que en Navidad a nuestra gran familia llegue por fin todo lo bueno.
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