Una cuarta franquicia de la popular Bodeguita del Medio en la provincia cubana de Holguín está captando el interés de los turistas que visitan el territorio, destacan medios oficialistas.
Su administrador, Iván Pérez, explicó a la agencia Prensa Latina que, luego del aumento de visitantes procedentes de Rusia, el local ha experimentado un auge notándose en el número de clientes y la asiduidad de los mismos.
El establecimiento es una réplica del original ubicado en La Habana y fue levantado en el área del centro histórico holguinero, entre el complejo cultural Plaza de la Marqueta, el hotel en construcción Saratoga y el Parque Calixto García.
Al igual que sucede en su homólogo habanero, uno de los tragos con mayor demanda, principalmente por rusos y canadieneses, es el clásico mojito y platos típicos como los chicharrones, chilindrón, cerdo asado, tasajo, ropa vieja y arroz congrí.
La popularidad también es resultado de la apertura de una segunda ruta turística entre Moscú y Holguín. A comienzos de noviembre, la línea se inició con un primer vuelo de la aerolínea Royal Flight, a cargo del turoperador CoralTravel.
Más de 13 mil turistas rusos, según datos oficiales, han visitado el polo holguinero hasta octubre pasado. Desde diciembre de 2017, además, se establecieron vuelos directos desde la capital del país euroasiático a través de la aerolínea Nordwind Airlines.
Esto suele convertir a los rusos en clientes de la cadena extrahotelera Palmares, a la cual justamente pertenece la Bodeguita del Medio de Holguín.
Actualmente, la Bodeguita del Medio, un negocio administrado por el estado cubano, puede ser considerada una franquicia, pues dispone de otros dos locales, además del original en La Habana. Uno de ellos, en la ciudad de Santa Clara, al centro del archipiélago, anunció su apertura a finales de 2018.
La otra sucursal se halla en la urbe de Santiago de Cuba, y funciona desde el año pasado.
Para 2020, el régimen cubano prevé un crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) del 1%, de acuerdo con declaraciones de Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación. Tal esperanza está depositada en una vaticinada mejora en los índices de la actividad turística, un sector por el que apuesta regularmente el gobierno de Miguel Díaz-Canel.
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