El candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, ha resultado elegido presidente del gobierno en segunda votación, tras recibir el apoyo de sus socios de coalición, Unidas Podemos, y de partidos independentistas, así como la abstención de los nacionalistas catalanes de ERC y vascos de Bildu, representación política de la banda terrorista ETA.
La elección de Sánchez como presidente implicará la vuelta de los comunistas el gobierno de España, 81 años después; debido al pacto de gobierno entre Unidas Podemos y el PSOE, negociado en tiempo récord, tras el fracaso electoral del candidato socialista en las elecciones del 10 de noviembre de 2019, cuando perdió tres diputados y casi 800 mil votos.
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En 1939, con la derrota del bando republicano en la Guerra Civil, los comunistas fueron desplazados del poder por una junta militar encabezada por el general Francisco Franco Bahamonde.
Sánchez resultó elegido en una apretada votación, con 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, lo que augura una legislatura complicada y que puede acabar incluso antes de los cuatro años previstos por la ley.
El nuevo presidente, que fracasó en su primer intento de ser electo, el domingo 5 de enero, ha recibido los votos favorables de su partido, de su aliado Unidas Podemos, con los que formará gobierno; y de PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y BNG.
Las abstenciones de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), 13 diputados y de Bildu, 6 diputados, han sido decisivas para que Sánchez consiga ser elegido presidente del gobierno español.
En contra han votado, el Partido Popular, VOX y Ciudadanos que -durante los debates de investidura- han criticado al nuevo presidente por su pacto con comunistas, independentistas y nacionalistas de diferentes regiones de España.
Una vez proclamado el nuevo jefe del ejecutivo español, se han escuchado gritos de "¡Sí, se puede", y se ha visto al dirigente de Unidas Podemos Pablo Iglesias llorando de emoción.
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