El último "regalo" del pragmático presidente estadounidense Barack Obama al Gobierno de Cuba fue el fin de la conocida política "pies secos, pies mojados", que permitía a quienes llegaban por mar y tocaban tierra quedarse en Estados Unidos.
Lo que entonces fue un cubo de agua fría para muchos cubanos, solo atizó el ingenio de quienes buscan escapar del régimen de la isla hacia cualquier otro destino, incluido Estados Unidos, pese a que el mandato de Obama eliminó las ventajas de quienes arriesgaban sus vidas en el Estrecho de la Florida y otros puntos del Golfo de México, en balsas y embarcaciones precarias, para llegar a territorio estadounidense.
Las cifras, incluidas las oficiales, muestran que los cubanos continúan emigrando, tanto hacia Estados Unidos a través de América Latina en una travesía con lugares peligrosos como la Selva de Darién en Panamá, y a otros países como Chile.
El discurso del régimen de culpar a las administraciones estadounidenses de incitar a huir de la isla choca con el hecho de que los ciudadanos siguen huyendo de la creciente escasez en Cuba, una situación que empeora desde 2018 y se hizo más cruda en 2019 con la falta de combustible.
Según el Anuario Demográfico de Cuba 2018, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, en los últimos años los cubanos siguen saliendo del país en una cifra superior a los 17.000 cada año desde 2015.
Como muestra el reporte oficial, solo en 2013 y 2014 los cubanos regresaron al país tras la aprobación de la repatriación previo pago de más de 100 CUC para recuperar el estatus de residente y ante el embullo de la supuesta liberalización de sectores en la isla para invertir.
Sin embargo, la "alegría" duró poco y en 2015 la población cubana volvió a tener saldo negativo: 24.684 abandonaron la isla.
En 2017, el mismo año en que Obama eliminó "pies secos, pies mojados", aumentaron también las idas de Cuba de 17.251 en 2016 a 26.194. Así mismo, en 2018 unos 21.564 cubanos salieron definitivamente de la isla.
De momento, el gobierno de la isla no ha hecho públicas las cifras oficiales de emigrantes cubanos en 2019, pero lo sucedido durante el pasado año refleja que la salida continúa hacia América Latina con destino final a Estados Unidos, aunque muchos deciden quedarse en países como Uruguay.
Además, los cubanos buscaron en estos años cualquier otra vía como la entrada por Ámsterdam a Europa, que fue cerrada a finales de enero de 2018 tras el repunte de las peticiones de asilo humanitario en los Países Bajos.
En Estados Unidos en el año fiscal 2019 –octubre de 2018 a septiembre de 2019– 21.499 cubanos se presentaron ante los puntos fronterizos con México, reveló la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras. Un total de 454 fueron interceptados en el mar por la Guardia Costera de Estados Unidos.
Esta cifra muestra que el fin de "pies secos, pies mojados", una política implementada en 1995 por Bill Clinton, solo incidió en el modo de llegar a los Estados Unidos, ahora por aire y tierra, en lugar de directamente por travesía marítima.
Los cubanos aumentaron también su presencia en 2019 en países de América Latina como Honduras, aunque solo de manera transitoria. De enero de 2014 a noviembre de 2019, 51.113 isleños atravesaron esa nación para llegar a la frontera de México.
En otros como en Brasil se quedan algunos a la espera de la nacionalización, en particular después del fin del convenio Mais Médicos. Durante el pasado año, los cubanos lideran las naturalizaciones brasileñas, unos 671 en total.
Así mismo, en México se suman las peticiones de estancia de quienes esperan las entrevistas para solicitar asilo político en Estados Unidos, bajo el amparo de la Ley de Ajuste Cubano. 8.677 cubanos solicitaron en 2019 un salvoconducto para permanecer en esa nación, pese al incremento de las deportaciones masivas.
Solo en los primeros meses de 2019, unos 539 cubanos fueron devueltos a la Isla por el gobierno de Manuel López Obrador, una cifra que triplicó las deportaciones a Cuba desde ese país.
El 12 de enero de 2017, cuando Obama firmó la orden presidencial que echaba por tierra la esperanza de emigrar de los cubanos, estos solo buscaron otras opciones para salir del país y pese a las críticas situaciones que pasan en México y otros lugares, una declaración es común en quienes emprenden el viaje: no hay retorno porque en Cuba la situación está peor.
"Sería mi caída, el final de mi vida", dijo en septiembre de 2019 una cubana que esperaba entonces en la frontera entre México y Estados Unidos su entrevista para solicitar asilo en Estados Unidos.
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