El desabastecimiento en las tiendas recaudadoras de divisas y en los llamados mercados ideales en Moneda Nacional en Santiago de Cuba está afectando significativamente a los negocios privados.
“No hay harina, y la que hay es a 1 CUC 500 gramos, antes era 1 CUC el kilogramo, no hay mantequilla, tampoco chocolate en crema, no hay leche condensada hace meses ni en las tiendas en CUC ni en las tiendas en CUP. Cada día se pone más difícil la repostería. Tengo mi trabajo estatal, y este es mi segundo trabajo, el que me da el extra, pero cada día se me dificulta más poder mantenerlo a flote”, comenta una señora que hace cakes para vender en la ciudad.
Similar situación enfrenta Martha, dueña de una pizzería en la ciudad.
“Siempre pasamos trabajo con los espaguetis, los refrescos y las cervezas. En lo que va de año hemos tenido que buscar alternativas pues no hemos podido comprar ni una cerveza, ni un refresco ni un paquete de espaguetis. Lo mismo con el puré de tomate", explica.
"Vivo lejos de la ciudad y se me dificulta estar al tanto todo el tiempo. La mayor parte de nuestras ventas vienen de las pizzas y los espaguetis, y estos últimos, junto con el tomate, llevan meses que lo sacan de poquito en poquito y esporádicamente, y se desaparece. Paralelamente tengo más competencia, más inspectores e impuestos que no bajan, y las materias primas cada día peor de conseguir”, agrega.
Los transportistas privados también enfrentan una situación compleja. El año 2019 terminó con un incremento de los precios de los pasajes de los motoristas como respuesta a la escasez de combustible en los CUPET. El 2020, lejos de mejorar, se mantiene igual.
“¿Quién dijo que mejoró? Las colas en los CUPET cuando abastecen son kilométricas y duran hasta más de doce horas. Abastecen los puntos, por ejemplo el que está en 4ta y Garzón, en el horario de la tarde y al otro día vas y sigues viendo una pila de gente. A veces se pone un poco caliente la cosa. Pero en sentido general son tres o cuatro horas para comprar combustible. Por otro lado subes el precio del pasaje porque ya no es igual y la gente no quiere pagarlo. A veces la verdad es que no me dan ganas ni de salir a tirar pasajes a la calle”, opina un motorista.
“Más fácil paga una persona 15 o 20 pesos a un motorista que 80, 90 o 100 pesos a mí. Yo consumo más combustible en la misma distancia, e igual paso el mismo trabajo para conseguirlo, y eso los pasajes no lo entienden”, comenta un taxista.
Y para colmo de males, se anuncia que escaseará, aún más, el gas licuado.
“Mi negocio es hacer buffet: pastelitos, empanadillas, ensalada fría, cangrejitos, croqueticas. Todo esos e fríe en aceite o utiliza el gas para hervir, por ejemplo, el pollo de la ensalada, en fin, necesito el gas licuado para hacer rentable mi negocio. Estoy el otro día muy tranquilo, preparando masa para el otro día, y escucho lo del gas. Ahí mismo no sabía si mandarlo todo a volar o seguir. Ya ese mismo día me la pasé como loco buscando queso, coditos, jamón, para además tener que sumar el estrés de buscar gas licuado. Por arriba estuve indagando, un horno eléctrico, por ejemplo, criollo no original, no baja de 250 CUC. Entonces, ¿cómo quedo yo?”, apunta.
El acceso a materias primas, la estabilidad de estas en las diferentes tiendas, así como la prioridad de los emprendedores de adquirirlas son tareas pendientes del Gobierno.
Alrededor de un tercio de las fuentes de empleo en Cuba pertenecen al área privada, y una buena parte de este se agrupa en la elaboración y venta de alimentos, un sector especialmente sensible a los vaivenes y avatares de los ciclos de abastecimiento y desabastecimientos de las diferentes tiendas minoristas.
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