El viceministro cubano de Cultura, Fernando Rojas, continúa dándoselas de guapetón en Twitter, y esta vez retó al popular presentador Alex Otaola a otro de esos encuentros pendencieros que, en verdad, nunca se han concretado.
“Dile a Otaola que venga”, desafió Rojas cuando le contestaba a un usuario que le buscaba las cosquillas al viceministro, y este, con el ánimo dispuesto siempre a la camorra, ni corto ni perezoso volvía a sus andanzas.
“Vice que ya estás muy viejo para esto. Entre el estrés de vivir robando, las muchachitas que te deben traer mal, y el qué falta hoy y qué faltará mañana; deje la guapería de boina negra que al final todos sabemos que a esos parques no vas solo”, replicó otro usuario.
“Díselo tú ¿le tienes miedo a él? Si él está aquí en el hilo. A ver si viene y te mete una cookie por fresco”, le advierte un tercero.
Sin embargo, esta idea pareció no intimidar ni hacer desistir a Rojas, quien muy pronto repuso: “Lo espero por aquí”. “Y que lea los tuits”, dijo a continuación.
Los rifirrafes del viceministro no han pasado a mayores, pero ya van siendo memorables sus muestras de osadía en defensa del régimen cubano y todo lo que él encarna. Lo cierto es que no ha podido enredarse a trompones porque realmente no le han dado la oportunidad.
Recordemos que, en noviembre de 2019, Rojas desafió, no a uno, sino a 2 usuarios de Twitter a una pelea callejera en la esquina de 17 y G en el Vedado, La Habana, tras un debate en la red social sobre el líder de la Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer, detenido un mes antes.
Rojas se llegó a la dirección respetando la hora propuesta por él, sin embargo, sus “rivales” no se presentaron. Para dar fe de su “valentía” y el cumplimiento de su palabra, el viceministro se tomó una foto en el lugar acordado, con pose marcial y camisa roja, una imagen que compartió vía Twitter y fue, tal como se esperaba, motivo inmediato de burlas y memes.
Por si no bastara, hace menos de una semana que citó a otro usuario, identificado con el nombre de Clandestino-Camaguey. En esa ocasión le advirtió a su posible oponente: “La Habana entera sabe que me muevo a pie y me cito en los parques. Te espero, 'clandestino', junto al 'busto' que digas”.
A pesar de todo, el viceministro tampoco pudo entonces descargar, en rostro alguno, la furia inconmensurable de sus puños.
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