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SINGAPUR/KUALA LUMPUR, 31 ene (Reuters) - "No use una mascarilla si se encuentra bien", se leía el viernes en un aviso en la portada del principal periódico de Singapur, mientras las autoridades de todo el mundo tratan de calmar el pánico comprando mascarillas para protección contra el coronavirus.
En la vecina Malasia, el Gobierno instó a la gente a tener siempre preparadas mascarillas y desinfectantes de manos, de forma similar a lo que aconsejan las autoridades de Tailandia y Vietnam.
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Los mensajes contradictorios han sembrado confusión sobre la forma de protegerse contra una epidemia que se ha cobrado más de 200 vidas en China y se ha propagado a más de 20 países, y algunos expertos afirman que la manipulación incorrecta de las mascarillas podría incluso aumentar el riesgo de infección.
"¿Usar una mascarilla solo cuando te sientes mal? Entonces, ¿por qué necesitas soldados cuando no hay una guerra? Es mejor prevenir que curar", publicó Kenny Chan Wai Kong, un usuario de Facebook en Singapur, donde las autoridades han anunciado planes para dar cuatro mascarillas a cada hogar mientras las existencias de los comercios se agotan en toda la isla.
En algunas partes de Asia, el uso de mascarillas es común cuando la gente está enferma o para contrarrestar la contaminación urbana.
Las directrices oficiales de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) no mencionan el uso de mascarillas como medida preventiva contra el virus, pero en sus páginas web tampoco se desaconseja específicamente su uso.
Australia y Taiwán han dicho que las personas sanas no necesitan mascarillas, pero Canberra ha puesto en circulación un millón de ellas de la reserva médica nacional, y las mascarillas se usan ampliamente en Taipéi, donde el Gobierno ha impuesto límites de compra y una prohibición de exportación de mascarillas protectoras.
La Administración de Ferrocarriles de Taiwán dijo el viernes que si el virus continúa propagándose se negará a transportar pasajeros que no lleven mascarillas.
COLOCACIÓN CORRECTA
El virus del coronarivus puede transmitirse de persona a persona, aunque no está claro con qué facilidad. La mayoría de los casos se han dado en personas que han estado en la ciudad china de Wuhan que ha sido el centro del brote, en familiares de los infectados o en trabajadores médicos.
Es probable que la transmisión se produzca por contacto con una persona infectada a través de partículas en el aire al toser o estornudar, o por el hecho de que alguien toque a una persona infectada o un objeto que tenga el virus y luego se toque la boca, la nariz o los ojos.
"Las situaciones que requieren una mascarilla son cuando estás en una multitud (...) o si estás cuidando a una persona enferma. Si te hace sentir mejor, usa una mascarilla quirúrgica", dijo Angela Rasmussen, viróloga del Centro de Infección e Inmunidad de la Universidad de Columbia en el Foro de Mercados Globales de Reuters.
Otros expertos han dicho que las mascarillas quirúrgicas desechables podrían no ajustarse lo suficiente a la cara para prevenir la infección, mientras que algunos han señalado que el manejo incorrecto de las mascarillas, como tocar la parte delantera, podría aumentar la probabilidad de propagación de la infección.
Menos previsible ha sido el consejo del Gobierno de la India, que ha sugerido utilizar un brebaje tradicional que incluye jengibre y albahaca santa como protección contra el virus, mientras que un ministro de Myanmar fue reprendido por compartir un mensaje de Facebook que aconsejaba a la gente comer más cebollas.
En China, donde se han registrado casi 10.000 casos hasta ahora, Zunyou Wu, epidemiólogo jefe del Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, dijo a la emisora estatal que la gente necesita usar mascarillas cuando vaya en transporte público.
(Reporte de John Geddie, Aradhana Aravindan y Keith Zhai en Singapur, Joseph Sipalan en Kuala Lumpur, Khahn Vu en Hanói, Jiraporn Kuhakan y Panu Wongcha-um en Bangkok, Ben Blanchard en Taipei, Anne Marie Roantree en Hong Kong, Euan Roche en Mumbai, Thu Thu Aung en Rangún y Jonathan Barrett en Sídney; escrito por John Geddie; editado en español por Andrea Ariet en la redacción de Gdansk)
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