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La famosa firma italiana, Prada, ocupa el centro de las miradas cubanas por sus faldas de marcada inspiración yoruba. Todo parece indicar que se trata de un nuevo caso de apropiación cultural en el mundo de la moda, en el que Cuba se vuelve un referente.
Thays Roque, periodista de Habana Radio, denunció en la red social Facebook la comercialización en los escaparates de Prada, en Milán, de unas faldas que evocan las sayas dedicadas a Oyá, orisha del panteón yoruba.
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Las prendas se incluyen en la colección Crucero 2020 de la prestigiosa compañía. Guardan similitudes con la saya de Oyá caracterizadas por sus colores, tejidos de satén o gingham y piezas unidas con encajes.
Esta prenda en la cultura yoruba tiene uso fundamentalmente en días de culto religioso, ya sea en los tambores o fiestas de Santo. También se utiliza en actividades culturales donde se presentan bailes tradicionales y cantos, para el público.
La diferencia esencial entre las faldas de Oyá y la que presenta la colección de Miuccia Prada, está casi exclusivamente en la cantidad de colores, pues la italiana solo incluye 7 listones. La comercializan a un precio de 1.490 euros en su página web para compras online.
Prada describe su “Falda en duchesse y popelina” como saya estratificada, decorada con una elegante aplicación de encaje. Destaca además la silueta a capa, cintura elástica con frunces y cremallera en el lado, con gancho. Existe además una versión en azul.
La mercantilización de la cultura, a la que no escapa la religión yoruba, ha dado lugar a que una prenda que antes se preservaba para momentos especiales y se elaboraba con una marcada significación espiritual, ahora puede ser encontrada en cualquier tienda de artículos religiosos y webs de ventas online, a precios mucho más económicos que los que ofrece Prada.
Esta no es la primera vez que se da un caso de apropiación cultural en el mundo de la moda en el que Cuba se siente aludida. Hace solo unos meses fue famoso el uso que hizo la compañía española Zara de un diseño de la marca de ropa cubana Clandestina.
En el desenfrenado deseo de diferenciarse de la competencia, las compañías de moda buscan inspiración en lo autóctono, tradicional, folclórico, pero esto no implica necesariamente una investigación profunda por parte de los diseñadores.
Desdichadamente suele ocurrir que no argumentan el valor cultural en sus propuestas, sino que juegan a colarnos un gol con bocetos inspirados en imágenes sacadas de Internet ya sea de vestuarios o diseños de culturas ancestrales que constituyen grupos minoritarios.
Al comercializar prácticas culturales que desconocen, las compañías de la moda provocan la modificación de costumbres, alteran la tradición y desvirtúan el uso original de estas prendas, afectando directamente el patrimonio cultural de la humanidad.
Muchos diseñadores e investigadores del mundo de la moda reconocen la significación del vestuario en la cultura y el patrimonio mundial, por ser un reflejo de los modos de vida, simbologías, cosmogonía y conocimientos artísticos de las comunidades.
Sin embargo, existen marcas de prestigio como Jean Paul Gaultier que se apropió de prendas masáis en 2015. Los diseños de comunidades indígenas de Oaxaca, Chiapas e Hidalgo han sido copiados por más de 8 firmas de fama internacional. Incluso Chanel, en la presentación de su colección París-Dallas usó un tocado de plumas característico de la cultura navajo.
Las minorías culturales son afectadas por las grandes empresas de la moda y muchas veces ni siquiera descubren que sus diseños son usados impunemente, por lo que no pueden exigir sus derechos y en ocasiones no tienen recursos para enfrentar juicios tan complejos como los que implican este ámbito de la creación.
La saya de Oyá no es un elemento intrascendente dentro de la Cultura Yoruba, por eso no ha pasado desapercibido. Su uso no es común, ni está generalizado, pues no es de las orishas más populares, por el contrario, es respetada y temida.
Oyá es la diosa del torbellino y la centella. Su número es el 9 y su falda lleva la misma cantidad de colores. El único tono que no incluye es el negro. Es una prenda muy vistosa, cuando el viento bate en ella es difícil de olvidar por su colorido.
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