Los mostradores del Mercado de Cuatro Caminos en La Habana se encuentran desabastecidos de cárnicos, a juzgar por lo que revela una publicación este sábado en redes sociales.
Las imágenes son poco alentadoras para los cubanos, quienes deben enfrentar una crisis que golpea cada vez con más fuerza, aunque el régimen decidiera llamarla “coyuntural” en un comienzo.
La escasez de combustible, agudizada en septiembre de 2019 a partir de las sanciones de Washington contra el régimen de Nicolás Maduro, resultó en un déficit considerable del transporte público y privado. Sin embargo, la carestía generalizada alcanza otras necesidades básicas como la alimentación, los medicamentos, el gas licuado y los productos de aseo personal.
“Exhibidores sedientos y pasillos vacíos reciben a los clientes que ingresan al área cárnica con la esperanza de encontrar una variada oferta que satisfaga las necesidades alimenticias de la familia. Un espacio confortable, climatizado, planificado para diecisiete cajas registradoras y donde solo opera una, encargada de realizar las transacciones por la venta de una solitaria mercancía: la famosa mortadella roja”, así describe el medio independiente La Hora de Cuba el ambiente en Cuatro Caminos.
También la publicación indica que las tablillas de información refieren una diversidad de productos inexistente.
“Yo realmente estoy muy desilusionada con Cuatro Caminos porque crearon una expectativa muy alta a la población, todos pensamos que por fin íbamos a tener un lugar abastecido todo el tiempo, donde pudiéramos encontrar todos los productos de máxima necesidad”, dijo una entrevistada al citado medio.
La apertura del mercado fue anunciada a bombo y platillo por el oficialismo cubano. Sin embargo, la inauguración trajo consigo un caos insospechado, cuando cientos de personas provocaron destrozos en el interior del centro comercial, acciones violentas que pudieron estar motivadas por la escasez de productos básicos en los hogares cubanos.
El gobierno valoró las pérdidas en unos 7 000 dólares, mientras los medios de prensa oficialistas informaban que el centro debió cerrar el mismo día en que abría sus puertas por el “vandalismo, la indisciplina y el robo” perpetrados allí.
Los mismos medios estatales, que culpaban a menudo a los acaparadores, se refirieron luego a los sucesos como “La batalla de Cuatro Caminos”, algo que parecía restarle seriedad al asunto.
El mercado reabriría en enero de 2020, después de “labores de mantenimiento, solución de averías, reabastecimiento e inventario”. Pero, desde entonces, ya daba señas de poca variedad en los productos y de desabastecimiento.
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