El periodista y escritor cubano Rodolfo Torres Rodríguez falleció este domingo en la ciudad de Berlín, Alemania, a los 69 años, a causa de un cáncer pulmonar.
Según confirmaron a CiberCuba fuentes familiares, el deceso de Torres se produjo al amanecer de este domingo en un hospital berlinés donde estaba siendo atendido por su padecimiento.
"No quería dejarse vencer, fue un titán invencible. Por eso nos regaló hasta que fue posible sus crónicas desde el hospital adonde tuvo que asistir con mucha frecuencia desde hace cinco meses atrás", dijo en Miami la periodista Margarita Polo, amiga cercana de Torres. "Agradezco a la vida, por ofrecerme el privilegio de estar cerca de este gran hombre, esposo, padre y amigo amoroso, aunque severo".
Torres acumuló una extensa obra periodística y literaria por más de cuatro décadas de ejercicio profesional, en Cuba y en Alemania. Tanto su narrativa de ficción como sus relatos están marcados por una aproximación profunda, desgarrada, sarcástica, sobre la cotidianidad y los personajes cubanos.
Pero tal vez su nombre va a ser especialmente recordado por un hecho derivado de sus investigaciones documentales en el Cementerio de Colón de La Habana: Torres logró localizar y hacer pública el acta de inhumación del General Arnaldo Ochoa, fusilado y sepultado el 13 de julio de 1989.
La boleta de inhumación de Ochoa figuraba en el archivo de la necrópolis habanera y apareció reproducida por primera vez en el libro Un cementerio que agoniza (2011), escrito por Rodolfo Torres en colaboración con la historiadora Magaly Cabrales. La muerte de Ochoa aparece atribuida en el documento a una "anemia aguda".
La investigación de Torres y Cabrales se inició en 1991 y se extendió por más de dos años. El volumen contiene amplia información sacada de los libros de enterramientos originales, documentos inéditos del Archivo Nacional de Cuba, y testimonios de sepultureros, historiadores y dolientes.
Torres, quien era veterano de la guerra de Angola, se sintió profundamente impactado por el hallazgo del documento. "El asesinato de Ochoa es uno de los actos más horrendos y vergonzantes que tendrá que registrar para siempre la historia de Cuba", recordó en una entrevista en 2012.
Como parte de la pesquisa, Torres asistió también, subrepticiamente, a la exhumación de los restos de Ochoa, en 1991. Así describió en su libro un momento desconocido para el pueblo cubano: "Viví con mucha tensión aquellos segundos, porque de veras que fueron apenas unos segundos, sólo tenía ojos para mis espaldas y, con la boca seca, vi lo que ocurría en el sepulcro, entre los trabajadores. Fue como una compuesta de escenas trastocadas que irían tomando su lugar con el tiempo y luego de averiguar y relacionar hechos que entonces no comprendía y desconocía… Todavía hoy hay caras y movimientos de ese día bien grabados en mi memoria".
Torres nació en Ciego de Ávila, el 15 de mayo de 1950, y desde joven se inclinó por la escritura literaria.
Participó como soldado sanitario mayor en la guerra de Angola entre 1976 y 1977 y luego laboró como reportero y columnista del diario Trabajadores por 12 años, hasta 1994. En esa etapa fungió también como profesor adjunto de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana.
Las dramáticas experiencias de Angola nutrieron su libro de cuentos Mis hermanos en la guerra, publicado en 1982.
En Cuba también publicó El camino del Infierno (1992), una selección de cuentos bajo el sello editorial Letras Cubanas.
Tras abandonar su puesto en la prensa oficial, Torres se dedicó por entero a la investigación y a la creación literaria. El libro sobre el Cementerio de Colón tuvo una edición parcial en España en 1995, la cual no incluyó la información relacionada con Ochoa, pues el editor pensaba venderlo dentro de Cuba.
En 2000 se radicó en Berlín junto a su esposa alemana.
Entre sus títulos figuran el volumen de cuentos Irse (2014), y las novelas ¿Pero las vacas no ponen huevos? (2012), La soledad siempre viene acompañada (2015) y El sexo sentido (2017). Su último libro publicado fue Gealitterazos (2019), un compendio de relatos e impresiones de Publicaciones Entre Líneas, con sede en Miami.
La casa editorial Entre Líneas le entregó el Premio Pluma de Oro en reconocimiento a su trayectoria literaria. Torres había viajado en varias ocasiones a Miami para las presentaciones de sus libros.
Lo sobreviven su esposa Petra y sus hijos Rodolfo y Ricardo.
Cumpliendo su última voluntad, sus restos serán cremados y las cenizas "irán al mar, para que pueda regresar a Cuba de nuevo, cumpliendo su más caro anhelo", según declaró su esposa.
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