En 1963, cambió la historia del planeta cuando el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy fue asesinado en Dallas, y se ponía fin a un gobierno bajo el cual tuvo lugar la invasión de Playa Girón y la crisis de los misiles de Cuba, el inicio de la carrera espacial para competir con los soviéticos, y la consolidación del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos. Este mismo año había tenido lugar la Manifestación por los Derechos Civiles en Washington DC, donde Martin Luther King Jr. pronuncia su célebre discurso I Have A Dream (Yo tengo un sueño).
Mientras tanto, en la Unión Soviética, Nikita Jrushchov, fue apartado de su cargo, por sus colegas del Partido, y así se le colocaba punto final a un gobierno que comenzó la desestalinización de la Unión Soviética, respaldó el programa espacial con enormes logros, e impulsó varias reformas liberales en materia de cultura y política interna, en un periodo conocido como “el deshielo”. Ese mismo año, la Unión Soviética envía al espacio la Vostok 6, con la primera mujer cosmonauta, Valentina Tereshkova.
El 6 de febrero se recrudece el bloqueo oficial de Estados Unidos al anunciar que las mercancías no podrán ser embarcadas en naves de terceros países, y el gobierno revolucionario firma un convenio comercial con la Unión Soviética. Hace casi sesenta años de esa circunstancia, y ahora mismo, todavía, la historia se repite con muy pocos matices de diferencia.
Fuera del eje político, y de contradicción entre las superpotencias, en 1963 se inicia en Japón la emisión de Astroboy, de Osamu Tezuka, que marca el inicio del anime moderno. En Europa, Heinrich Böll publica la novela Opiniones de un payaso, y en América aparece Rayuela, de Julio Cortázar. El cine británico estrena la película The Servant, y en ese mismo país se desata, para cubrir de inmediato el mundo entero, la beatlemanía a partir de la aparición de los discos Please Please Me y With the Beatles.
El 19 de febrero se da a conocer el fallecimiento de Benny Moré (Bernabé Maximiliano Moré) y lo llora todo el país. Sus funerales constituyeron una de las manifestaciones de duelo popular más multitudinarias y sentidas que se han visto en Cuba. Primero, el pueblo se congregó alrededor del Hospital de Emergencias, y desde allí el gentío acompañó el cadáver hasta el local del Sindicato Nacional De Trabajadores de Artes y Espectáculos, la antigua sede del Casino Español donde fue tendido.
La gente se aglomeró, para despedir al Bárbaro del Ritmo, en torno a la carroza fúnebre y la caravana que conducía sus restos a Santa Isabel de las Lajas, el terruño donde lo aguardaban para despedir finalmente el duelo. Durante el recorrido por la Carretera Central los vecinos de los pueblos salían al encuentro de la caravana, pero una verdadera muchedumbre se reunió a la entrada de la entonces provincia de Las Villas.
Ya en Lajas, se despidió el duelo primero en el Casino Español y luego en el Casino Africano, donde fue despedido con una ceremonia religiosa. En el cementerio de Lajas, rodeado por el cariño de su gente, descansaron los restos de Benny Moré. Todos los años, desde entonces, se recuerda el día de su deceso mientras la gente sigue lamentando su pérdida y más que todo escuchando sus canciones.
El funeral del Benny es recordado con tanta claridad por las generaciones siguientes gracias también a una memorable edición del Noticiero ICAIC Latinoamericano, dirigido por Santiago Álvarez, y que se convirtió en pieza insoslayable de la historia del documental cubano pues el fragmento dedicado a la muerte de Benny es mucho más que una noticia habitualmente ilustrada con imágenes.
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