En la Calle Línea, entre C y D, se encuentra la tranquila parroquia del Sagrado Corazón de Jesús del Vedado y Carmelo. Solía tener siempre su puerta lateral abierta. Pasé más de una tarde allí sentada, en silencio, mientras afuera la ciudad y el tiempo corrían.
Este artículo se acompaña de las imágenes actuales de la iglesia que la muestran depauperada, con las puertas cerradas y varios carteles que rezan: "Prohibido el paso. PELIGRO. No circular por esta acera. Posibles desprendimientos de la pared".
¿En qué momento quedó así, abandonada a su suerte? ¿Por qué no hay quien asuma el mantenimiento que lleva este templo? No existen respuestas para estas cosas en Cuba, nunca alcanza el dinero para salvar la historia, sobre todo cuando está vinculada a otros tiempos y otras maneras de entender el mundo.
Esta hermosa iglesia fue construida en 1892. Algunas fuentes aseguran que se trata de la más antigua de El Vedado, un barrio habanero diseñado en la segunda mitad del siglo XIX, bajo los principios del Urbanismo Moderno. En 1902 fue entregada a los Monjes Dominicos.
El altar de la Parroquia del Sagrado Corazón es de madera y se conserva desde su fundación, al igual que la plataforma, los bancos y los vitrales. Nunca fueron reemplazados desde que se construyó la iglesia, que recuerdo iluminada, austera y pulcra.
El púlpito es de madera tallada y se conservaba en excelente estado, al menos hasta que lo vi por última vez hace diez años. El edificio tiene pináculos que recuerdan la arquitectura gótica y otorgan esa mágica sensación de la casa de Dios que intenta tocar el cielo.
Se dice que uno de sus vitrales fue realizado por María Teresa Bances (Teté), la esposa de José Francisco (Pepe) Martí Zayas Bazán, hijo del Héroe Nacional de Cuba. En esta iglesia contrajo matrimonio la joven pareja en el año 1915.
Teté y Pepe no tuvieron descendientes. Vivieron en esta zona del Vedado, muy cerca de la iglesia. Su casa se convirtió al morir Teté en el Centro de Estudios Martianos y todas las propiedades que atesoraban pasaron a formar parte del Patrimonio Nacional.
La Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús del Vedado, no es una iglesia más. Desde sus oficinas esperan los buitres verla caer piedra a piedra, como lo han hecho edificios mayores. Su terreno es valioso porque hasta él no llega el mar cuando penetra al Vedado.
No faltará quien diga que el edificio es propiedad de la iglesia, ni quien sostenga que allí no iba nadie. Sin embargo, siempre habrá una voz dispuesta a dar fe de que en esa parroquia, en el más humilde silencio, alguien calmó la sed del necesitado y rescató un alma perdida, de las oscuras garras de la ciudad pérfida.
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