El canal de Youtube JaJoviluz Films presentó recientemente un video en el que muestra la curiosa creación de un cubano: una Aspiradora para escoger arroz.
Está diseñada con materiales reciclados. Tiene una fina manguera que no deja pasar más que la basura, pero hay que usarla con precisión. El aparato sirve también para escoger otros granos.
La invención probablemente esté relacionada con la continua denuncia que hacen los cubanos sobre la cantidad de piedras, tierra, pajilla y demás basuras que añaden los vendedores a los granos, en mercados y bodegas de todo el país.
En cualquier lugar del mundo este ingenioso hombre puede coger su invento y reciclarlo otra vez, porque el arroz se compra mayormente en bolsas selladas y limpio, pero en Cuba esto no funciona así
Tenemos una tradición de escoger arroz que viene de los tiempos en que la mercancía se vendía a granel. A decir verdad, aún se venden así los alimentos en las bodegas cubanas, incluso la sal, y hasta la leche en polvo, algo que no se vio ni en el Machadato.
Esta manera de comercializar el producto favorece que los vendedores le añadan todo lo que se les ocurra para hacer crecer la mercancía y ganar dinero extra.
Otro tema es el arroz criollo que es bien pesado de escoger porque el proceso productivo no posee tecnología avanzada. Este grano también es difícil de cocinar pues tiene diferente punto de cocción.
Gracias a esta espiral del subdesarrollo se mantiene viva la costumbre de escoger los granos, ya sea de arroz, frijoles, lentejas, garbanzos o chícharos.
A las 11 de la mañana las abuelas estiran el mantel sobre la mesa y se ponen a escoger arroz. En los campos, según van sacando los “machos”, los tiran al patio y las gallinas corren para comérselos a picotazos.
En más de una casa cubana el arroz se escoge en el plato, porque algunas cocineras no tienen paciencia para esta tarea. Dan una mirada general por si hay una piedra, lo lavaban un par de veces y para la olla.
Fuera de Cuba permanece entre los cubanos la costumbre heredada de nuestras madres de lavar el arroz, pero en la mayoría de quienes vivimos en el exterior desapareció la obsesión por escogerlo que tenían nuestras abuelas.
La aspiradora de este cubano me recordó muchas vivencias de la isla. Las mujeres de mi casa buscando sus espejuelos perdidos, para escoger los granos y poder empezar a cocinar. Los niños correteando alrededor de la mesa servida y el arroz blanco, desgranado y perfecto en el centro de la mesa.
Esa es la posición del arroz en las mesas cubanas, al centro, para que todos lo alcancen y le añadan los frijoles recién hechos, la salsita del fricasé de pollo o un simple huevo frito.
Si mi abuela hubiera tenido esa aspiradora para escoger el arroz no sé si la hubiera usado, porque disfrutaba ese pequeño tiempo dedicado cada día a esta tarea para ensimismarse en sus pensamientos. Conversábamos, nos mirábamos y no había prisas.
Si yo hubiera tenido ese invento a mano en Cuba, otro gallo cantaría. Habría montado un negocio en la esquina de la bodega: “Se escoge arroz y frijoles. La latica a peso”. Aunque seguramente tendría que compartir ganancias con el bodeguero.
Al creador de la Aspiradora para escoger arroz, nadie le puede asegurar que este invento triunfe, pero igual lo mejor sería patentarlo. Nunca se sabe cuándo le daremos la patada a la lata y dicen que la suerte es loca, quizás sea un negocio redondo. ¿Apostarías por este invento?
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