El ministro de la Industria Alimentaria de Cuba, Manuel Sobrino Martínez, llamó este vienes a incrementar la producción de yogurt de soya, un alimento que al pueblo le gusta y que además es “tremendo producto”.
“Nosotros este año tenemos que empezar a revertir la situación que tenemos con la producción del yogurt de soya y los derivados de la soya, que es un producto que gusta, tiene buen precio, la población lo acepta y además que desde el punto de vista nutricional es tremendo producto”, dijo el titular durante la reunión de balance del sector de 2019.
Sobrino Martínez olvidó mencionar que el yogurt de soya es el único lácteo al que el pueblo cubano puede acceder de vez en cuando, debido a los bajos niveles de producción de la vetusta y obsoleta industria nacional y a una maltrecha ganadería en la que los animales mueren por falta de alimentos.
La llamada “aceptación” de los consumidores no obedece a su calidad ni mucho menos, sino a la imposibilidad de tomar un simple vaso de leche, un verdadero lujo para la gran mayoría en la Isla.
El mes pasado, un ciudadano de Santiago de Cuba criticaba la cola que había tenido que hacer para comprar una sola bolsa de yogurt. “Nos están matando de hambre, por Dios”, escribió en el grupo de Facebook denominado Noticias de Cuba y el mundo.
En la asamblea de este viernes se informó que en 2019 se incumplieron los planes de obtención de alimentos tan importantes como la harina de trigo, el aceite vegetal refinado, la cerveza, la leche en polvo y la carne deshuesada, entre otros.
“Nosotros tenemos que incrementar la utilización de los subproductos cárnicos, dadas las circunstancias que tenemos”, precisó el ministro sin dar detalles.
Y es que los cubanos de a pie tampoco tienen acceso alguno a la carne de res; solo pueden adquirir a precios elevadísimos los huesos de esos animales; sin embargo, los hoteles de la Isla reciben cientos de libras de este alimento tan demandado.
Así lo confirmó en febrero pasado José Miguel García Falcón, fundador del combinado cárnico de la Empresa Pecuaria Genética Turiguanó, en Ciego de Ávila, quien explicó a la prensa oficialista que la carne de vacuno que se obtiene en su entidad se destina a las instalaciones del turismo, mientras a la población se le venden “subproductos de res en una carnicería en el poblado de Turiguanó y en las ferias de las ciudades de Ciego de Ávila y Morón”.
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