El gobierno cubano prohibió este viernes salir del país al activista cristiano Sandy Cancino, quien tenía previsto tomar un avión rumbo a Estados Unidos para predicar en iglesias evangélicas de Miami y Houston.
Cansino se enteró de la decisión en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana y ningún representante de la autoridad le explicó el motivo de por qué no puede viajar al extranjero.
“Ningún regulado cuenta con herramientas legales para aclarar su situación, simplemente eres sancionado por tener criterios y pensamientos diferentes al régimen. En esta condición me uno a las decenas de artistas, periodistas y religiosos que padecen esta falta de libertad. El mayor tesoro de todo ser humano es la libertad de pensamiento y de expresión, Cuba será carente de gracia siempre que viole estos derechos humanos”, comentó en su muro de Facebook.
En otra publicación en la misma red social, titulada ¿Desde cuándo venía la intención de regularme?, Cancino relató que en 2018, cuando arribó a la Isla tras una visita a Estados Unidos, fue retenido e interrogado en el aeropuerto por tres agentes del Ministerio del Interior, por su campaña contra de la aprobación del matrimonio igualitario en la Constitución.
En aquel entonces le dijeron “que debía dejar de publicar en Facebook, si no, podrían catalogarme de contrarrevolucionario, con todo lo que ello implica”, detalló.
“Es vergonzoso pensar que amenacen tu libertad por el simple hecho de expresarte. (…). El evangelio y su mensaje, que no están ajenos a lo que defendemos, son obstáculos en Cuba y el mundo. Los que llevan este mensaje a lo social corren el riesgo de ser encarcelados y condenados por conciencia”, precisó.
La historia de este activista religioso, quien se dedica profesionalmente a la producción de audiovisuales, es similar a la de muchos compatriotas cuyas ideas políticas son diferentes a las del gobierno. El pasado 4 de febrero el joven Yoandy Izquierdo Toledo, miembro del Consejo Directivo de la organización Centro de Estudios Convivencia, no pudo viajar a Miami, donde debía participar en la VI Semana Social Católica.
En 2019, a al menos 223 ciudadanos calificados como regulados se les impidió viajar al extranjero como represalia por sus actividades políticas, una de las medidas más usadas en los últimos años por las autoridades del régimen contra la disidencia interna.
Además de líderes religiosos, el listado lo integraron activistas por los derechos humanos, periodistas independientes, artistas, escritores y otros miembros de la sociedad civil independiente en la Isla.
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