La vicepresidenta argentina Cristina Fernández regresó -desde Cuba- con su hija a su país, tras anunciar en las redes sociales que realizará una cuarentena obligatoria.
En el texto, que Fernández publicó horas antes de que Cuba decretara un cierre parcial de fronteras ante la crisis del coronavirus, asegura que su hija Florencia le pidió que le acompañara en el retorno a Argentina, tras restablecerse su salud en Cuba.
"Ella junto a sus médicos y sus médicas, lograron restablecer parte de su salud perdida y hace un tiempo vienen trabajando su regreso a casa", dijo.
Tras realizar este viaje, el décimo en el año, la política argentina declaró que cumplirá con los 14 días de aislamiento preventivo, aunque dijo que "Cuba no es un país de riesgo". Incitó al resto de los argentinos a hacer lo mismo en caso de sospechas por el coronavirus.
Cristina Fernández este viaje a Cuba a pesar de que el Gobierno de su país decretó el cierre de fronteras, en medio de la situación médica que se vive a causa del COVID-19. Los medios de prensa de ese país aseguraron que el vuelo se ejecutó en una nave de Cubana de Aviación en horas de la madrugada del lunes último.
La hija de Cristina Fernández se atendió en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ), en La Habana, de un trastorno de estrés postraumático. A la joven de 28 años la atendió el mismo médico de cabecera que tuvo Fidel Castro, el Dr. Roberto Castellanos Gutiérrez.
Florencia debió acudir, durante su estancia en Cuba, cada 15 días a la sede diplomática de su país en La Habana, por las acusaciones de presunta corrupción. Así lo decretó la Justicia argentina al inicio de su tratamiento médico.
En el año 2016 se le embargó más de 4 millones de dólares que se guardaban en una caja de seguridad de su propiedad,así como el dinero en dos cuentas bancarias diferentes con más de un millón de dólares. Florencia aseguró que ese dinero procedía de la herencia de su padre. y de la cesión de gananciales que efectuó su madre.
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