La administración de Donald Trump y el Senado de Estados Unidos llegaron la madrugada de este miércoles a un trascendental acuerdo para utilizar $2 billones de dólares ($2.000.000 millones) en la reanimación económica del país en medio de la batalla contra el coronavirus.
El acuerdo obtenido poco antes de la 1 a.m. del miércoles pone fin a maratónicas jornadas de negociaciones en torno a la aprobación de uno de los proyectos más costosos y abarcadores en la historia del Congreso de la nación americana. Una inyección financiera para una "economía de guerra" frente a los embates de la pandemia.
"Por fin, tenemos un trato. Después de días de intensas discusiones, el Senado ha llegado a un acuerdo bipartidista sobre un histórico paquete de ayuda para esta pandemia", declaró el senador Mitch McConnell , líder de la mayoría republicana en el Senado.
El acuerdo llega después de dos votaciones fallidas sobre el megaproyecto, lo cual puso en tensión las fuerzas legislativas, alarmó a los líderes de la Casa Blanca y disparó la incertidumbre entre una población golpeada por la parálisis laboral y social del país.
Horas antes, en una sesión informativa en la Casa Blanca, Trump expresó su confianza en que el Senado aprobara a la mayor rapidez el plan de rescate financiero “para proteger todo lo que requiere protección en nuestro país”.
McConnell calificó la decisión como " una inversión en tiempos de guerra para nuestra nación".
El Senado deberá votar el acuerdo y someterlo a votación en una sesión convocada para este miércoles, aunque no se ha fijado todavía una hora exacta.
Se desconocen los detalles del borrador final, que se discutió a puertas cerradas. Las objeciones presentadas por los demócratas, encabezados por el senador Chuck Schumer, se centraron en buscar más garantías para los trabajadores y asegurar la supervisión a la hora de distribuir el financiamiento.
La propuesta incluiría $250.000 millones de dólares para pagos directos a personas y familias, $350.000 millones dedicados a préstamos para pequeñas empresas, $250.000 millones en beneficios de desempleo, $500.000 millones en préstamos para empresas afectadas por la crisis, y $50.000 millones para las aerolíneas de pasajeros.
Una cláusula especial del voluminoso texto impediría al presidente Trump y su familia, así como a otros altos funcionarios gubernamentales y miembros del Congreso, obtener préstamos o realizar inversiones con los programas del estímulo, de acuerdo con el senador Schumer.
El plan de rescate financiero busca aliviar la pérdida de empleos con fondos de ayuda a los trabajadores y familias afectados, a los pequeños negocios y a las compañías con las mayores pérdidas, como las aerolíneas y la industria hotelera.
Ante el plenario del Senado, Schumer dijo que se trata del "mayor paquete de rescate en la historia de Estados Unidos", aunque consideró que "no es un momento de celebración, sino de necesidad para el país".
La implementación del plan permitiría que las personas con ingresos brutos de $75.000 dólares o menos reciban dos pagos directos de $1.200 dólares cada uno, a partir del próximo 6 de abril. Las parejas casadas que ganen hasta $150.000 dólares recibirán $2.400 dólares, y $500 dólares adicionales por cada hijo.
El pago se reduciría según la cantidad de ingresos, y tomaría como referencia la declaración de impuestos del año calendario 2018, lo que perjudicaría a las personas que perdieron sus empleos y vieron mermas en sus salarios el pasado año.
Otras provisiones de la legislación incluyen:
- Concesión de cuatro meses de beneficios de desempleo, que se extenderían a los trabajadores autónomos.
- La Administración de Pequeñas Empresas (SBA) podría servir como garante de préstamos de hasta $10.000 millones de dólares para que los pequeños negocios puedan mantener sus nóminas y pagar sus deudas.
- $130.000 millones para los hospitales más afectados.
- $150.000 millones para los gobiernos estatales y locales que agotaron sus fondos debido a la respuesta para combatir el coronavirus.
Cuando el acuerdo sea firme probablemente a mediodía de este miércoles, debe ser luego aprobado por ambas cámaras. La líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo que se buscará evitar que el pleno de legisladores tenga que retornar a Washington para votar la propuesta, por lo que se intentará pasar por un consentimiento unánime.
También puede suceder que la Cámara de Representantes apruebe el paquete por votación oral en lugar de hacer una votación nominal grabada.
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