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WASHINGTON/NUEVA YORK (Reuters) - El presidente Donald Trump dijo el sábado que podría prohibir los viajes hacia y desde el área de Nueva York para limitar la propagación del coronavirus desde su epicentro en Estados Unidos, una idea que el gobernador del estado consideró antiamericana y que no ayuda.
Pero la consideración fue reemplazada por otra alternativa el domingo.
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Trump dijo finalmente no era necesaria una cuarentena obligatoria en Nueva York, Nueva Jersey y partes de Connecticut, tras haberlo consultado con las autoridades estatales y sostener una polémica con el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo.
"Bajo la recomendación del Grupo de Trabajo de la Casa Blanca, y tras consultas con los gobernadores de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, he pedido a los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades) que emitan un fuerte aviso de viaje, que será administrado por los gobernadores, de acuerdo con el gobierno federal", anunció el mandatario en su cuenta de Twitter..
Luego de que el recuento muertes por el virus se triplicara en tres días y el total superara los 2000, Trump dijo que podría imponer una cuarentena obligatoria en Nueva York y partes de Nueva Jersey y Connecticut para proteger a otros estados.
"Están teniendo problemas en Florida. Muchos neoyorquinos están cayendo. No queremos eso", dijo Trump a periodistas.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que la prohibición de viajar provocaría el caos.
"Si comienzas a cerrar áreas en todo el país, sería totalmente extraño, contraproducente y antiamericano", dijo en CNN. "No tiene ningún sentido y no creo que ninguna autoridad gubernamental o profesional serio lo respalde".
Desde que apareció el virus por primera vez en Estados Unidos a fines de enero, Trump vaciló entre minimizar el riesgo de infección e instar a los estadounidenses a tomar medidas para detener el contagio.
El número de casos conocidos superó la marca de 120.000, un récord mundial.
Trump también ha sido reacio a invocar poderes de emergencia para ordenar a las compañías estadounidenses que produzcan suministros médicos muy necesarios, pese a las súplicas de gobernadores y trabajadores del hospital.
El sábado pareció atenuar sus comentarios previos llamando a reabrir rápidamente la economía estadounidense para mediados de abril. "Veremos qué ocurre", dijo.
No estaba claro si Trump tendría la capacidad de bloquear los viajes por tierra, aire y mar desde una región que es el motor económico del este de Estados Unidos, con un 10% de la población y 12% del PIB.
OTROS CIERRES
Los nuevos casos de coronavirus en China se moderaron después de que el gobierno impuso un estricto aislamiento de Wuhan, epicentro de la enfermedad.
El recuento de muertos continúa en ascenso en Italia, donde las autoridades han bloqueado los viajes a lo largo del país y evitan que las personas salgan de sus casas para cualquier cosa que no sean actividades esenciales.
Para el sábado a la tarde, el numero de casos en Estados Unidos ascendía a 115.842, con al menos 1.929 muertes, de acuerdo con un conteo de Reuters. El total en Estados Unidos eclipsó al de China y el de Italia el jueves.
Aún si fuera posible, un aislamiento en el área de Nueva York podría llegar demasiado tarde para el resto del país.
El alcalde de Los Angeles Eric Garcetti dijo que el sur de California se encaminaba a igualar las cifras de infección de Nueva York en la próxima semana.
En Nueva Orleans, donde las celebraciones de Mardi Gras a fines del mes pasado alimentaron un brote, el número de pacientes de coronavirus "ha sido asombroso", dijo Sophia Thomas, una enfermera del Centro de Salud Comunitaria DePaul.
Los trabajadores de salud estadounidenses reclaman más trajes de protección y material sanitario para hacer frente a las oleadas de pacientes que ya están empujando al límite la capacidad de los hospitales.
El sábado, enfermeros protestaron en las afueras del Centro Médico Jacobi en Nueva York, diciendo que los supervisores les pidieron que reutilizaran sus máscaras, poniendo en riesgo su propia salud.
Los médicos también están especialmente preocupados por una escasez de respiradores, máquinas que ayudan a los pacientes a respirar y son muy necesarias para los que sufren el COVID-19, una enfermedad respiratoria parecida a la neumonía causada por el altamente contagioso coronavirus.
(Reporte adicional de Jonathan Stempel, Gabriella Borter y Brendan Pierson en Nueva York, y Joel Schectman, Andy Sullivan y Michelle Price en Washington; escrito por Andy Sullivan; traducido por Gabriel Burin Editado en español por Javier López de Lérida)
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